Con 9 abstenciones de los concejales socialistas y de IU y 6 votos favorables de los populares y de Ciudadanos, la moción presentada por el PP para que el Pleno del Ayuntamiento de Benavente instase al Gobierno a rebajar el precio de la luz, no pudo salir adelante.
Parece ser que se pretendía por el equipo de gobierno (PSOE-IU) que no saliera la moción y ayudados por el Reglamento de Funcionamiento, modificado por el equipo de gobierno, lo han conseguido.
Se procedía a votar la urgencia con el sentido arriba descrito y los grupos políticos representados en el Ayuntamiento argumentaron el sentido de su voto, más bien como si fuera un debate, que no fue tal, ya que tanto el portavoz de IU, Manuel Burón, como la del PSOE, Sandra Veleda, se lanzaron al cuello de los proponentes de la moción (PP) aduciendo la liberalización del mercado de la energía. Burón hacía un balance histórico de lo que derivó como causas en la política de precios a «las puertas giratorias». Por su parte, Veleda llegó a calificar la moción de los populares como «oportunista». La concejala socialista defendió «la evolución de precios en el mercado español con tendencia a la baja», asegurando que «una vez que ha pasado Filomena (la borrasca) ya se ha constatado la baja en el mercado del precio de la luz», culpando de la situación a la liberalización del mercado energético con preguntas al defensor de la moción, al concejal Javier Vega (PP), de este tenor: «¿dónde estaba usted entonces en el 1997?», sabiendo de antemano que el proponente de la moción no podía responderle porque su turno se había cumplido con la defensa de la moción.
En definitiva, la moción de instar al Gobierno de España para rebajar el tipo de gravamen del IVA del 7% al 0% y modificar la Ley del Sector Eléctrico para, entre otros aspectos, que determinados costes regulatorios que se trasladan a la factura eléctrica como la deuda del sistema eléctrico sean financiados íntegramente con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, no salía adelante.
Y todo ello por un discutido texto en un Reglamento Orgánico Municipal de este Ayuntamiento que ha sido modificado varias veces y con vigor desde agosto de 2017, elaborado a uso del gobernante. No parece tener mucho sentido que quienes se oponen, en este caso bajo la fórmula de la abstención, sean los que cierren el turno de intervención para manifestar el sentido de su voto. Es decir, lo que vulgarmente se denomina que el que está en contra, tenga la última palabra.
Una circunstancia que deja en evidencia la falta de transparencia y talante democrático, de lo que sí pueden presumir con más gala muchos ayuntamientos de los pueblos.
El artículo 30 del Reglamento, relativo a las mociones de urgencia, en su apartado 3 refiere que el concejal proponente o el Portavoz del Grupo correspondiente justificará la urgencia de la moción, en una intervención que no excederá de 1 minuto y el Pleno votará, acto seguido, sobre la procedencia de tal circunstancia, siendo necesario el voto favorable de la mayoría absoluta del número legal de miembros de la Corporación. Si el resultado fuera positivo, se seguirá el procedimiento previsto para el debate. En caso de no prosperar la urgencia, el resto de los grupos si así lo consideran, podrán solicitar la palabra para explicar el sentido de su voto durante un tiempo máximo de 1 minuto». En ningún lugar se dice que debe de concluir el equipo de gobierno. A todo ello se sumaron las ya habituales interrupciones de señal en la sesión plenaria a través de videoconferencia.