
Los cuervos, esas aves de plumaje negro brillante, de pico fuerte y cola en forma de cuña, vienen dando quebraderos de cabeza a Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Los inteligentes córvidos se adueñan de las esculturas pétreas instaladas sobre la enjuta de la portada sur o meridional de la iglesia de Santa Marta de Tera. Sus excrementos se aprecian ya por la figura pétrea del Santiago Peregrino, la representación de este apóstol más antigua que se conoce, así como de la escultura de un apóstol desconocido, atribuida a San Juan Evangelista, al otro extremo de la portada.
Las heces de los córvidos, un reto para Patrimonio
La afección de las heces en la piedra de las esculturas supone todo un reto para los técnicos quienes previamente habían instalado dispositivos disuasivos para estas aves, como elementos metálicos eléctricos sonoros, con el fin de preservar las emblemáticas figuras pétreas que atraen a numerosos visitantes, en su mayoría peregrinos de este Camino Mozárabe-Sanabrés con parada obligada en este templo joya del románico.

Instalados tejaroces para la musealización in situ de las esculturas
Los elementos disuasivos, junto a cámaras de seguridad instaladas e iluminación, han formado parte de la reciente provisión de tejaroces en esta portada, así como en la portada noroeste o de acceso a la iglesia, como ya se adelantó puntualmente en Benavente Digital.
Se trataba así con esta intervención de obra, que ha contado con un presupuesto de 151.497 euros, de preservar las esculturas pétreas de las inclemencias meteorológicas, sobre todo la lluvia, así como la musealización in situ del conjunto de las tres esculturas, las dos de la portada sur, el Santiago Peregrino y el apóstol desconocido, y la de San Judas Tadeo en la portada noroeste que se encuentra en un avanzado estado de deterioro y sellada en la piedra con la inscripción IUDAS/FRA/RS/MON.
Desde Patrimonio de la Junta de Castilla y León se consideró esta intervención de obra y no el traslado de la escultura del Santiago Peregrino al interior, como han venido abogando no pocas instituciones y amantes del Patrimonio en base a su conservación y en previsión de un expolio, debido al material arenisco de las figuras pétreas alojadas sobre las enjutas de las portadas.

Los inteligentes pájaros se las saben todas
No obstante, los técnicos no esperaban encontrarse con este contratiempo de las heces de los cuervos. Hasta hace meses, cuando las esculturas se hallaban instaladas plenamente al exterior, sin contar con los tejadillos, no se tiene constancia de la presencia de excrementos de los pájaros sobre las figuras. Es ahora, cuando parece que a los inteligentes pájaros les apetece resguardecerse en un ambiente más acogedor y calentito, ajenos al sonido del tac tac de los elementos electrónicos disuasivos. Ni por esas, los pájaros se las saben todas y ya vienen marcando su impronta sobre las testas, manos y ropaje de las figuras pétreas.






