
A los ungulados, corzos y ciervos, les gustan los girasoles. Les gustan tanto que no dejan una cabeza de semillas en pie, llegando a provocar un panorama desolador en los cultivos del término de Carracedo de Vidriales. Sus semillas son tan apetecibles que los daños en estos cultivos de la zona de»el Geijo» son ya cuantiosos, cifrados en torno a 14.000 euros en las 18 hectáreas de estas plantaciones en el término.
La situación ha llegado a tal extremo que el club deportivo «la Calma» de San Pedro de la Viña, que gestiona también los terrenos cinegéticos de Carracedo, ha llegado a pedir ayuda a la Junta a través del Servicio Territorial de Medio Ambiente, solicitando el control poblacional de ciervo, el descaste de ciervas, «para prevenir perjuicios importantes a las plantaciones, mediante la realización de aguardos o esperas nocturnas».
La sociedad cinegética recibía el pasado 2 de agosto una respuesta desfavorable, según refiere el escrito al que ha tenido acceso Benavente Digital. Pero la sorpresa ha sido mayúscula ante la justificación dada por la Junta y, ello, tras la comprobación de la situación por personal de Medio Ambiente: «no se tiene constancia de daños de especial gravedad en el coto que justifiquen el control poblacional de la especie». Con esta rotundidad respondía Medio Ambiente negando una notoria evidencia de daños. «
Desde la sociedad de cazadores no alcanzan a entender la negativa y, menos aún, rechazando esa evidencia de los daños que en no pocas plantaciones de girasoles el fruto está ya cosechado como apetecible nutriente por la fauna salvaje.
En alguno de estos cultivos todavía florece un tímido girasol de corto crecimiento como queriendo hacer frente a sus temidos devoradores. De poco le servirá ese arrojo porque, quizás esta noche, ya ha sido fagocitado por uno de los muchos ungulados que campan por estos dominios.
Fotos: M.A.C.




