SANIDAD

Por qué la vitamina D puede ser tu gran aliada en esta pandemia

 La vitamina D es una de las pocas vitaminas que se obtiene más a partir de otros medios diferentes a la dieta. Los españoles, a pesar de gozar de una buena incidencia de luz solar durante varias horas al día, presentamos una deficiencia de esta vitamina muy elevada y en todos los grupos de edad, siendo de más de la mitad de la población total incluyendo a los más jóvenes.

   «Esta incidencia aumenta aún más en la tercera edad, donde la que encontramos en más del 90% de ancianos, subiendo a casi el 100% cuando hablamos de población institucionalizada», subraya en una entrevista con Infosalus la dietista-nutricionista y secretaria científica de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA) Andrea Calderón.

   La también profesora de Nutrición de la Universidad Europea de Madrid reconoce, no obstante, que últimamente la vitamina D se ha comenzado a pedir más en analíticas de sangre basales en población general. «Estamos comprobando cómo la deficiencia es altísima y para poder valorarlo de media se estima que:

   · Tenemos que tener niveles superiores a 30mg/ml en sangre para considerar que tenemos niveles recomendados u óptimos.

   · Entre 20-30ng/ml significa que tenemos niveles insuficientes y será necesario suplementar con dosis menores.

   · Niveles inferiores a 20ng/ml significa una deficiencia más severa y es primordial suplementar cuanto antes para corregirlo».

CÓMO LA OBTENEMOS

La mayor parte de la vitamina D la obtenemos gracias a la luz solar que incide en nuestra piel y tan solo en torno al 15-20% la obtenemos a partir de la dieta en el mejor de los casos, según afirma la dietista-nutricionista.

   Al tratarse de una vitamina liposoluble, se encuentra disuelta en grasa siempre: «La encontramos fundamentalmente en lácteos enteros, pescado azul y yema de huevo, además de en alimento fortificados (que no siempre son saludables como cereales azucarados, margarinas, entre otros) y en algunas setas en menor medida».

   A su juicio, es importante conocer que como se encuentra necesariamente en grasa, si desnatamos el lácteo (leche desnatada o semi, yogur 0% grasa entre otros productos) apenas encontraremos trazas de esta vitamina, a no ser que sea enriquecido en vitamina D, en cuyo caso sí que será una buena fuente de la misma.

PARA QUÉ ES ÚTIL

   La secretaria científica de la SEDCA indica en este sentido que la principal función de la vitamina D es el control del calcio y también del fósforo. «Contribuye a regular los niveles de ambos minerales potenciando su absorción cuando es necesario. Además, es primordial para la salud ósea, asegurando buenos niveles de masa ósea y estimulando la formación de hueso nuevo», agrega.

   Dice que también parece asociarse a la prevención cardiovascular, de infecciones respiratorias, a mejoras del sistema inmune, hoy en día tan importante frente a la pandemia de COVID-19. «Los beneficios de la vitamina D son siempre que tengamos buenos niveles, pero un exceso de la misma, no supone un plus en sus efectos positivos», mantiene Calderón.

CUÁNTA NECESITAMOS

   Se recomienda una Ingesta Diaria en población española de en torno a 15 microgramos o 600 Unidades Internacionales, según precisa: «Esto se traduce en una exposición solar diaria media de en torno a 15-20 minutos al menos de cara, cuello y brazos por ejemplo: un paseo al Sol en invierno cuando es posible, salirnos a tomar el café a la terraza si da el Sol es otra opción«.

   Además, la dietista-nutricionista subraya que la vitamina que ingiramos por la alimentación siempre suma, pero su aporte es mucho menos relevante que la luz del Sol como hemos contado anteriormente.

A la hora de tomar el Sol, Andrea Calderón incide en que debemos tener en cuenta que con la edad se reduce la síntesis cutánea o en la piel de la vitamina D, por lo que es más importante cumplir las recomendaciones, y el riesgo de deficiencia, mayor. A su vez, sostiene que cuanto más oscura sea la piel, una menor síntesis de vitamina D se producirá, a la par que apunta que las cremas protectoras reducen mucho la síntesis de vitamina D. «Hay que encontrar un equilibrio entre protegerse con cremas e indumentaria, y exponernos al Sol», puntualiza la dietista-nutricionista.

   En última instancia, recuerda que la mayor parte de la población española presenta un déficit de vitamina D, por lo que se requerirá de suplementación, aunque siempre bajo prescripción médica.

   En última instancia, la secretaria científica de la SEDCA menciona que la mayor parte de los estudios concluyen que la infección por coronavirus y la gravedad de la enfermedad son inversamente proporcionales a los niveles de vitamina D de la persona. «Es decir, personas con buenos niveles de esta vitamina presentan mejor sistema de defensas para combatir al virus, y parece haber una relación directa entre un menor riesgo de ser hospitalizado, con una menor gravedad de las infecciones respiratorias que acompañan, y con una menor probabilidad de acabar en la UCI y de fallecer también», relata.

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