
El Campamento Urbano de Benavente vivió hoy una mañana inolvidable gracias a la visita especial de la Asociación Benaventana del Toro Enmaromado, que hizo las delicias de los más pequeños con una actividad que unió tradición y diversión: los carretones.
Una tradición adaptada para los más jóvenes
Con el patio convertido en un pequeño recorrido taurino, los niños y niñas del campamento —de entre 4 y 12 años— participaron entusiastas en una simulación del emblemático encierro del Toro Enmaromado. Pero, en lugar del animal real, fueron carretones los protagonistas del juego.
La actividad fue organizada de forma escalonada:
- Primero los más pequeños se lanzaron a correr delante del simpático torito, acompañados por los monitores.
- Después, los mayores se sumaron con gran energía y carreras más intrépidas, emulando a los corredores de verdad.
Entre risas, zancadas, carreras controladas y alguna que otra caída, los carretones no solo despertaron adrenalina, sino también respeto por una tradición muy querida por la ciudad.
Aprendiendo la historia del maromado
La jornada tuvo también un cariz educativo y cultural. Los miembros de la asociación no se limitaron a hacer correr los toritos: enseñaron a los pequeños una parte muy simbólica del rito del Toro Enmaromado: cómo se coloca el toro en la argolla, uno de los momentos más solemnes del festejo tradicional.
Con explicaciones sencillas y demostraciones prácticas, los niños entendieron el significado de la maroma, la argolla y la importancia de mantener vivas las costumbres populares con respeto y participación.
Un puente entre generaciones
El evento, enmarcado dentro del primer turno del campamento (24 de junio – 4 de julio), es solo una de las múltiples actividades del programa veraniego organizado por el Ayuntamiento de Benavente en colaboración con Veintytress.
El éxito de la jornada demuestra que la transmisión de valores y tradiciones puede ir de la mano con el juego, y que la cultura popular, cuando se adapta a los más pequeños, genera entusiasmo, pertenencia y aprendizaje.
Balance final
La sonrisa de los niños y la implicación del equipo de monitores y voluntarios de la Asociación Benaventana del Toro Enmaromado fueron el broche de oro de una mañana diferente.
Una actividad que, sin duda, quedará grabada en la memoria de los más pequeños como una forma divertida y emocionante de sentirse parte de Benavente y sus raíces.