Trump desata revuelo con una nueva ocurrencia: “¡Me gustaría ser Papa!”

A días del cónclave en el Vaticano, el presidente estadounidense vuelve a sacudir titulares con una provocadora broma.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a estar en el centro de la polémica tras soltar una de sus frases más sorprendentes hasta la fecha: “Me gustaría ser Papa”. La declaración, lanzada entre risas durante un acto en la Casa Blanca este pasado 29 de abril, ha generado un aluvión de reacciones tanto en el ámbito político como en el religioso.

Un comentario en tono distendido, pero con fuerte eco internacional

Aunque el mandatario aseguró estar bromeando, su afirmación llega en un momento especialmente sensible para la Iglesia católica, tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril, y a tan solo unos días de que se celebre el cónclave que elegirá a su sucesor, previsto para el 7 de mayo.

Ser Papa sería mi opción número uno”, dijo Trump, despertando risas en la sala, pero también un sinfín de análisis mediáticos.

¿Un guiño político o solo provocación?

Más allá del evidente imposible canónico, ya que sólo los cardenales pueden ser elegidos pontífices, algunos analistas han interpretado esta frase como una maniobra de comunicación: un guiño a los votantes religiosos conservadores de cara a las próximas elecciones.

En círculos religiosos, la reacción ha sido más escéptica. “No se trata solo de una institución religiosa, sino de un cargo espiritual que exige fe, formación y vocación”, señalaron desde medios vaticanos.

Trump menciona a Dolan: ¿preferencia o casualidad?

Aunque aseguró no tener favoritos, Trump no dejó pasar la oportunidad de destacar al cardenal Timothy Dolan, actual arzobispo de Nueva York:

“Hay un cardenal de un sitio llamado Nueva York que es muy bueno. Veremos qué ocurre.”

Dolan, que ya participó en el cónclave de 2013, es uno de los diez cardenales estadounidenses con derecho a voto en el próximo cónclave. Aunque no está entre los grandes favoritos, su perfil moderado y su carisma podrían hacerlo destacar.

La presencia estadounidense en el cónclave

Estados Unidos tendrá una fuerte representación en la elección del próximo Papa, con figuras como Raymond Burke y Robert Prevost, lo que podría influir en el perfil del futuro líder espiritual, ya sea más pastoral o más tradicionalista.

Una frase que suma a la marca Trump

Aunque la idea de un Trump vestido de blanco pontificio sea impensable desde el punto de vista teológico, su afirmación sigue una fórmula que le ha funcionado durante años: provocar, dominar la conversación y fortalecer su conexión con sectores clave del electorado.

El Vaticano, por su parte, no ha emitido comentario oficial sobre la frase del mandatario. Aunque todo indica que no hará falta: el papado seguirá, por ahora, fuera del alcance del expresidente más impredecible del planeta.

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