La mayoría de las cuevas se hallan horadadas sobre suelo de titularidad municipal, como ocurre en casi todos los pueblos.
Desde este sábado 7 de agosto entra en vigor en el municipio de Villabrázaro la nueva normativa reguladora del uso y mantenimiento de las bodegas tradicionales. Tanto en Villabrázaro como en San Román del Valle, ambas localidades constituyen el municipio, se conservan un buen número de cuevas como testigos de la historia que recuerdan una actividad vitivinícola digna de mantener en la memoria y merecedora de atención y conservación. Esta es la filosofía que ha prevalecido para que el Ayuntamiento haya aprobado la ordenanza reguladora al respecto.
La mayoría de las bodegas se encuentran horadadas sobre terreno de titularidad municipal, como ocurre en casi todos los pueblos, no obstante ostentan históricamente la condición de bienes privados que habrán de ser preservados. Sólo unas pocas de las bodegas han sido excavadas en fincas privadas. Muchas de las cuevas se hallan en una situación de abandono y de ruina, así como proliferan pequeñas construcciones de casetas o merenderos con tipología constructiva en desacuerdo con el paisaje y que amenazan la integridad de las propias bodegas, es el argumento en el que se ha basado el gobierno municipal para sacar adelante esta normativa, con el fin también de regular la ejecución de las intervenciones, a la par de velar para que la zona de bodegas presente unas perfectas condiciones de limpieza, de desbroce y de mantenimiento en general.
Según el Consistorio de Villabrázaro, el objetivo debe ser que el entorno esté cuidado de modo que las bodegas puedan ser transmitidas a generaciones futuras.
Para ello, lo primero que se va a llevar a cabo desde el Ayuntamiento de Villabrázaro es registrar un censo de bodegas en el municipio (Villabrázaro y San Román del Valle) con un plazo de seis meses en el que los propietarios declararán la titularidad, si son o no propietarios del suelo, ubicación, estado de conservación, etc. Si transcurrido el plazo de medio año no declarase su propiedad y si la bodega estuviese ubicada en suelo de dominio público, se extinguirá su titularidad.
La normativa municipal regula también las obras a realizar no permitiendo construcciones de nueva planta en el entorno de las bodegas, cualquiera que sea su uso o destino , y en el caso de las existentes, casetas y merenderos, las únicas obras permitidas serán las de conservación o mantenimiento, reparación y demolición. Las disposiciones de la ordenanza también se refieren a la obligación de los propietarios no sólo del cuidado y conservación de las cuevas, sino también de los accesos y fachadas de las mismas y su acondicionamiento será preferentemente con materiales de la zona.
Una de las disposiciones se refiere a la obligatoriedad de los propietarios a permitir que los servicios municipales, con fines de investigación y estudio, si es necesario acompañados de técnicos, puedan acceder a las cuevas.
