El obispo de Astorga, monseñor Jesús Fernández, propone una serie de indicaciones para la recuperación de la normalidad en las actividades pastorales de la diócesis. «Creemos que ha llegado el momento de restablecer de forma responsable la normalidad de la vida eclesial, recuperando la regularidad de nuestras relaciones con los fieles y la frecuencia de nuestras celebraciones y demás actividades pastorales,» se dirige, de este modo, en un decreto, el prelado de la iglesia asturicense.
Con el objetivo de ofrecer criterios comunes que eviten disparidades confusas y sirvan, al mismo tiempo, de estímulo apostólico en la puesta en marcha del nuevo curso pastoral, el obispo suprime la dispensa del precepto dominical que fue decretada en los momentos más duros del confinamiento y mantenida después en el contexto de la evolución de las restricciones socio-sanitarias de la pandemia.
Monseñor Jesús Fernández pone el énfasis también en que los sacerdotes y colaboradores parroquiales han de seguir atentos al cuidado de las medidas sanitarias, procurando que los fieles observen el cumplimiento de las que puedan estar establecidas en cada momento. Es decir, que permanezca la adaptación de los espacios al aforo permitido, en caso de que estuviese decretado, así como el uso de la mascarilla en interiores, el gel hidro alcohólico y la distancia sanitaria establecida de 1,5 metros en las celebraciones y reuniones.
«Volver a recuperar el normal desarrollo de los actos en el exterior de los templos como son las procesiones, romerías, celebraciones en los cementerios y otro tipo de actividades pastorales según la práctica habitual», resalta el prelado.
Justifica el obispo estas indicaciones para la recuperación de la normalidad en las actividades pastorales no sin antes resaltar el hecho del «prolongado tiempo de más de año y medio en el que el fluir del habitual ritmo de la vida en sociedad y en la Iglesia ha sufrido un devastador parón a causa del impacto sanitario y los negativos efectos socio-económicos de la pandemia del COVID-19, es tiempo de dar gracias a Dios porque dicha fatalidad vaya siendo controlada, y pueda iniciarse, aun con prudente cautela todavía, la recuperación de la mayor parte de las actividades habituales de nuestra vida común».
Recuerdo a los fallecidos y enfermos por la COVID
Monseñor Jesús Fernández hace hincapié en «el recuerdo todavía muy presente y el ofrecimiento de nuestra oración por las personas que fallecieron a causa de la enfermedad y las que se han visto o están todavía afectadas por ella», manifestando su «agradecimiento, una vez más, al trabajo de tantas personas del campo sanitario y de otros ámbitos de la vida social por su contribución a la progresiva erradicación de la enfermedad y al restablecimiento de una ansiada normalidad en la vida cotidiana de la población». Un agradecimiento que se hace extensivo, como no podía ser de otra forma en el prelado, «a la gran labor espiritual, caritativa y pastoral que han realizado durante todo este tiempo muchos sacerdotes, consagrados y personas vinculadas a la Iglesia, que han procurado estar siempre al lado de la gente con actitud caritativa, constructiva y animosa».
El obispo de Astorga concluye advirtiendo de la importancia que «todos apliquemos al unísono con prudencia y solicitud estas indicaciones, de forma que, haciendo visible nuestra comunión y celo pastoral, contribuyamos a colaborar eficazmente en la recuperación de los signos más auténticos de nuestra identidad cristiana y ofrezcamos a los fieles el cuidado pastoral al que tienen derecho y que esperan de sus pastores».
FOTOS: M. A. C.
