
El día ocho del Roma-Santiago, cuarta etapa de regreso de Discamino que ha sido algo más tranquila y más cuando los problemas se solucionaron en el triciclo de Iván, de Chema hasta encontrar la solución. Los cincuenta kilómetros de la etapa de ayer domingo Buonconveto-San Gimignano dieron para muchas cosas pero el relax después de tanto estrés buscando la pieza que permitiera llevar a Iván y Chema a la normalidad quedaba atrás, hasta Javier Pitillas se le notaba en sus comentarios mucho más tranquilo.
DÍA 8°.- PROBLEMA RESUELTO
«Lo mejor que se puede hacer cuando no hay nada que decir, es callarse. Lo más destacado de hoy ha sido que Chema ha vuelto a pedalear en el alambre, sujeto solo a un pequeño apoyo de las manos. A los 50 kms de etapa nos desviamos un poco para ir al Decathlon de Colle di Valle d’Elsa y hemos comprado una tija de 22’2 mm a la que le hemos adaptado el manillar de la Copilot de Iván. Ha quedado perfecto. Hemos de agradecer una vez más a Martín los consejos y la búsqueda de lo que necesitábamos a través de internet. A Iván se le ha notado el alivio a la legua, lo mismo que a Chema.
Otras cosas destacadas de la jornada han sido:
– el cruce de Siena en los Triciclos que nos ha dejado fotos muy bonitas pero el cuerpo descoyuntado por el suelo de piedra.
– la llegada a San Gimignano. Una cuesta terrible de algo más de 2 kms a pleno sol ya que la reparación nos ha hecho perder más de una hora entre desvíos, compra y la propia reparación.
– la visita a los frailes de San Agustín donde nos alojamos en 2014 y que ha sido hecha para pedir que nos dejaran guardar los Triciclos en su casa, pero también por recuerdo y cariño al padre Brian y el padre Delfio.
– la ceremonia del lavado de pies hecha por el hospitalero a todos peregrinos acogidos en el albergue.
– la pillada de Fernando y José Luis en el tendedero. A ver qué les dicen ahora a sus respectivas».