COMARCA

El Eria vuelve a ser río

Las aguas del cauce recobran desde ayer su curso habitual con las recientes lluvias y entrada del otoño

El curso fluvial del río Eria vuelve a llenarse de vida. Las recientes lluvias y la merma de caudal de agua para el riego a lo largo de su cauce, han provocado que la corriente cubra ya el lecho en territorio zamorano, desde su entrada en Alcubilla de Nogales. El Eria vuelve a ser río ya que en verano aparece y desaparece en tierras leonesas y desde que penetra en tierra zamorana por Alcubilla, atravesando Arrabalde, Villaferrueña, Santa María de la Vega y Morales de Rey, clama también por recuperar su curso, por volver a llenarse de vida. Durante este sábado algunos vecinos de los pueblos se acercaron a comprobar como las aguas volvían a su cauce.

Estampa del río Eria con el lecho agostado en pleno verano, a su paso por Villaferrueña

Este verano de 2020 ha sido un año más en el que el río Eria mostraba su lecho al sol, sus piedras negras, a excepción de alguna que otra pequeña balsa de agua donde el suelo se hace profundo, en las inmediaciones de los puentes. Sin embargo, en este septiembre la normalidad se ha aliado con el Eria porque no se puede decir que en la entrada del otoño el cauce no tenga agua, aunque su corriente sea con timidez. Fueron los años 2018 y 2019 en los que las aguas no conocieron el mes de octubre y eso no ocurría desde hacía mucho tiempo como aseguraba Antonio Rueda Posada, un vecino de Villaferrueña con ocho décadas a su espalda. Y no sería porque no hubiese conocido crecidas y crecidas del río y no pocas inundaciones en su pueblo.

Un joven de Arrabalde observa, esta mañana, la llegada de las primeras aguas
La poca corriente ha logrado cubrir el lecho de pedregales y roquedales en Villaferrueña

«No hay invierno suficiente para que las montañas se llenen de nieve, esa es la raíz de todo» apuntaba el octogenario vecino con casa ribereña en el Eria, junto al paralelo cauce del caño del molino. La menor persistencia de nieve en las cumbres de la leonesa Sierra del Teleno, de donde se nutre principalmente el cauce, así como el menor índice de precipitaciones de lluvia sumados a las tomas para el riego de cultivos son los factores que originan la sequedad del lecho. Esto hace que desde mediados de julio y agosto el cauce enseñe sus pedregales y roquedales surgiendo de las entrañas de la tierra y abriendo pequeñas venas como si el agua de la profundidad quisiera rezumar para esa poca existencia de vida que le queda en verano.

Las primeras aguas entran en territorio zamorano, en el puente de Alcubilla de Nogales

Con la llegada de las lluvias el río Eria vuelve a ser río, a llenarse de vida. De este modo, el paraje ribereño que en la primavera se antoja idílico, desde que el curso fluvial se atreve a empapar las faldas de la Sierra de Carpurias, se vuelve ahora ansioso por recobrar la fauna y flora que le es característica, la antigua vida de la que forman parte montaña y río.

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