Un sacerdote de 60 años procedente de Murcia y vicario de la Diócesis de Cartagena, ha sido nombrado por el Papa como Obispo de Zamora.
El pasado 20 de septiembre se cumplía un año de la muerte del obispo de la diócesis de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán. Tras la muerte de su prelado, la diócesis se encontraba en sede vacante. Se conoce como sede vacante al periodo de transición desde la muerte del obispo anterior -en el caso de la diócesis de Zamora- hasta la toma de posesión de su sucesor.
Una vez en Sede Vacante, el Nuncio solicitó -coincidiendo con el día del funeral de Martínez Sacristán- que se procediera a la elección de un administrador diocesano. Así las cosas, el Colegio de Consultores eligió a José Francisco Matías Sampedro como administrador diocesano el 24 de septiembre de 2019, quien había sido vicario general hasta la muerte del obispo.
Y ha sido este viernes 30 de octubre cuando por fin los fieles de la diócesis de Zamora han conocido a su nuevo obispo.
En los últimos meses, a medida que se acerca la fecha del nuevo nombramiento, medios especializados pusieron sobre la mesa dos nombres: José Ignacio Munilla y Juan Antonio Martínez Camino. En ambos casos fue el medio especializado ‘Religión Digital’ quien avanzó ambos nombres como futuribles para la sede vacante de Zamora. Pero finalmente, no ha sido ninguno de los dos ‘favoritos’.
Este viernes, en el Seminario San Atilano, se desvelaba que el nuevo obispo de la diócesis de Zamora es Fernando Valera Sánchez, sacerdote de Cartagena (Murcia), nacido en Bullas (Murcia) hace 60 años.
El nuevo obispo electo de Zamora nació el 7 de marzo de 1960 en Bullas (Murcia). Ingresó en el seminario a los 17 años. Es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica de San Antonio de Murcia. Licenciado y doctor en Teología Espiritual por la Universidad Pontificia Comillas.
Fue ordenado sacerdote el 18 de septiembre de 1983. Su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Cartagena en diferentes parroquias, siendo nombrado párroco de San Antonio de Padua de Mazarrón en 1990. De 1994 a 1997 fue párroco de San Lorenzo. De 1998 al 2000 completó sus estudios de espiritualidad en la Universidad Antonianum de Roma. A su regreso a España, ejerció como párroco de Santiago Apóstol de Lorquí (2000- 2004), de Nuestra Señora del Rosario (2004-2005) y de la Purísima de Javalí Nuevo (2005-2011).
Desde el año 2011 es director espiritual del seminario mayor de San Fulgencio y del seminario menor de San José y desde 2019, vicario episcopal de la zona pastoral Suburbana 1. También desde 2019 es canónigo de la catedral de Murcia. Ha desempeñado otros oficios canónicos como miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores; director espiritual de las misioneras de la Sagrada Familia de Rincón de Seca (Murcia) y miembro de la Fundación para la Difusión de la Cultura Católica.
