
Cada 6 de febrero, la pequeña localidad de Andavías, situada a 14 kilómetros de Zamora en la comarca de Tierra del Pan, celebra una de las festividades más impactantes de la región: el Salto del Piorno. Esta tradición, con más de 300 años de historia, es protagonizada por las mujeres del pueblo en honor a Santa Águeda.
El origen exacto de este rito no está documentado, pero se cree que evoca el martirio de la santa. La santa fue torturada y arrojada sobre brasas al rojo vivo en el siglo III. A pesar de su dureza simbólica, la festividad se vive con naturalidad en Andavías y se mantiene como una de las costumbres más arraigadas de la comunidad.
Salto a la hoguera
Al caer la tarde, un grupo de mujeres vestidas con el tradicional traje carbajalino se reúne en torno a una gran hoguera hecha con ramas de piorno, un arbusto típico de la zona. Primero las más jóvenes y luego las más veteranas atraviesan las llamas sin temor, como parte de un rito de purificación que impresiona a locales y visitantes.
Mientras el fuego arde, el ambiente se llena de música tradicional interpretada con dulzaina y tamboril. Entre los bailes más destacados se encuentra el baile de la botella, que requiere gran destreza para sortear el cristal sin derribarlo.
Los hombres también tienen su papel en esta festividad, pues algunas mujeres les toman de la mano para que salten junto a ellas. Esto les concede el privilegio de formar parte del ritual. La singularidad del Salto del Piorno lo ha convertido en un evento candidato a ser reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León.
Un turismo diferente
Año tras año, esta ceremonia ancestral sigue atrayendo a curiosos y fieles, dejando imágenes imborrables y reforzando la identidad cultural de Andavías. Para sus habitantes, más que una celebración, es un vínculo con su pasado y un homenaje a la valentía de las mujeres que la protagonizan.