
Los especialistas reivindican la importancia de impulsar consensos internacionales para hacer frente a los retos mundiales en el sector de los cuidados.
La robótica social, la inteligencia artificial y los asistentes virtuales protagonizan una segunda jornada en la que se ha puesto sobre la mesa la necesidad de tener un marco normativo estable, una tecnología abierta y un engranaje de todos los agentes implicados que permita la accesibilidad de esta tecnología, sin perder de vista la personalización.
¿De qué recursos disponemos a día de hoy que permitan garantizar unos cuidados más eficaces y accesibles en una sociedad cada vez más longeva?
FITECU 2025, la Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Cuidados que se viene celebrando en Zamora, ha continuado dando respuesta a esta y otras preguntas durante la segunda jornada de Feria.
En un mundo donde la población envejece a un ritmo acelerado, la robótica social y la inteligencia artificial se perfilan como las grandes aliadas para el sector sociosanitario. Y una de las autoridades mundiales de esta materia es Harry Van Goor, experto mundial en la aplicación de la innovación tecnológica en análisis predictivos, técnicas de simulación en 3D e investigación contextual personalizada e innovadora en contextos socio-sanitarios.
Para Van Goor, una de las voces más autorizadas del sector, el gran problema de la sanidad actual radica en las esperas, una situación “que merma la calidad de los cuidados” y que atribuyó a la actual organización compartimentada de la atención. Para solucionarlo, señaló a la integración tecnológica como la gran respuesta. Una forma, añadió, “de que el sistema garantice una atención continuada y permanente”. Llevar esa tecnología tanto a los hogares como a los hospitales es la manera, puntualizó, de lograr una atención más eficiente, anticipativa y ágil en los cuidados a las personas que lo necesitan y lo tienen cerca nada más producirse el problema.
Asimismo, reflexionó sobre el papel emergente de la Inteligencia Artificial en el sector de los cuidados y las barreras, principalmente regulatorias y éticas, a las que aún hoy se enfrenta en su camino hacia la estandarización en el apoyo que supone para el ser humano en el ámbito de la atención y los cuidados. La formación, la certificación que propicie un aumento de la confianza de los usuarios y, sobre todo, la cocreación son, señaló Van Goor, recetas para estimular el cambio.

En esos mismos términos se expresó Darío Samaniego. El CEO de Synergy Tech abrió con su ponencia inspiracional la segunda jornada de FITECU y aportó una visión global sobre el futuro de la robótica social aplicada a la atención sociosanitaria que, su juicio, pasa por los avances en mecatrónica e inteligencia artificial que permitan desarrollar robots de asistencia capaces de interactuar con pacientes, detectar cambios en su estado físico o emocional y contribuir a su bienestar diario. Samaniego considera que estos robots “no han venido a sustituir a las personas, sino a generar nichos de trabajo donde las personas no llegan”, aunque sí destacó algunos problemas actuales relacionados con las implicaciones éticas; “un camino que no es sencillo y donde ya estamos creando foros de discusión para que la sociedad marque cuáles deben ser los límites para regularlo y darles una categoría”.
Alianzas internacionales como respuesta
La segunda jornada de FITECU dejó, además, una interesante mesa de reflexión sobre políticas públicas de cuidados a nivel internacional citó a expertos que expusieron las diferentes apuestas que están marcando tendencia en la evolución del sector sociosanitario. Karen Hedge, de Scottish Care; Mónica Mizuno, de la Corporación de Bienestar Social Houchikai en Japón, y Mohamed Farouk Bin Mohamed Ismail, de la Agencia para la Atención Integrada de Singapur, subrayaron la importancia de impulsar un consenso internacional en el mundo de los cuidados para poder llegar a todos los mayores y dependientes sin perder de vista tres grandes retos: “cada vez hay más población mayor, menos profesionales y poco presupuesto”.
Mizuno trasladó cómo al otro lado del mundo organizan el trabajo por “comisiones” evaluando el estado de cada habitante a partir de los 40 años adelantándose a los posibles problemas de salud que surjan. “Un servicio que llega a todos independientemente de donde vivan”, añadió.
Por su parte, Mohamed Farouk Bin Mohamed Ismail destacó la utilización en su país de robots para llevar comida a domicilio a personas dependientes, aunque advirtió que “aún falta que este humanoide sea más humano y haga que estas personas mayores tengan mayor interactuación con ellos ante la falta de personal cualificado”.
Para Karen Hedge, quien remarcó que en su país se están llevando a cabo medidas fantásticas, es muy necesario “un engranaje entre todas ellas para que lleguen a todas las personas que lo necesitan”.
Herramientas innovadoras para fomentar la autonomía personal
Desarrollar soluciones accesibles, intuitivas y alineadas con las necesidades reales de los usuarios y sus cuidadores. Esa es la clave en la que coincidieron los integrantes de la mesa de reflexión sobre «Integración de la robótica cognitiva y social, asistentes de voz e inteligencia artificial en los cuidados». Andrés Pazos, country manager de Alexa (Amazon España), subrayó el impacto de los asistentes de voz en la mejora de la calidad de vida de personas mayores y dependientes, proporcionándoles herramientas para mejorar la autonomía personal. Junto a él Guillem Alenyà, director del Instituto de Robótica e Informática Industrial (CSIC-UPC), Javier Pascual Soriano, CEO de Singular Things, experto Human-Centred Robotics y Eduardo Zalama, catedrático de la Universidad de Valladolid y asesor científico del Centro Tecnológico Cartif, volvieron a insistir en la necesidad de un marco normativo estable, una tecnología abierta con protocolos que permitan la actualización y un engranaje de todos los agentes implicados que permita la accesibilidad de esta tecnología.
