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La dieta mediterránea reduce la mortalidad y previene enfermedades cardiovasculares

Un 13 de noviembre más celebramos el Día Mundial de la Dieta Mediterránea cuyo origen se remonta a la cuenca del Mar Mediterráneo, “cuna de la civilización”. Desde el año 2010, esta dieta es reconocida mundialmente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, y como la más saludable por la FAO y la OMS.

La Dieta Mediterránea, enriquecida con siglos de tradición culinaria, es el resultado de una combinación de alimentos frescos que nos aportan nutrientes esenciales. Esta dieta equilibrada, reconocida por su abundancia en alimentos saludables como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y pescado, además del consumo moderado de bebidas fermentadas como la cerveza, emerge como una poderosa herramienta para mantener una buena salud y proteger el organismo. De hecho, según los estudios, el seguimiento de este tipo de dieta podría retrasar hasta 3,5 años la aparición de patologías como diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

La Dieta Mediterránea aumenta nuestra calidad de vida”, defiende Jesús Román Martínez, presidente del Comité científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA). El experto señala que los alimentos recomendados en esta dieta, que son en su mayoría de origen vegetal, contienen grasas insaturadas y diferentes sustancias antioxidantes que le confieren propiedades antiinflamatorias, como el pescado, rico en ácidos grasos omega-3 que pueden ayudar a reducir la susceptibilidad a enfermedades[5]. Esta riqueza en polifenoles y otros fitoquímicos de los alimentos que forman parte de la Dieta Mediterránea podrían ayudar a prevenir el deterioro cognitivo del envejecimiento, como el Párkinson, la demencia o el Alzheimer, puesto que estos alimentos proporcionan antioxidantes que protegen al organismo de estas patologías.

Los cinco beneficios de la dieta mediterránea

El presidente del comité científico de la SEDCA señala cinco razones que identifican los beneficios de la Dieta Mediterránea para la salud:

  1. Favorece la longevidad y reduce la mortalidad: La Dieta Mediterránea podría mejorar la esperanza de vida y reduce la mortalidad, especialmente en personas con sobrepeso u obesidad. Jesús Román Martínez destaca que “la combinación de alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables y una variedad de nutrientes esenciales ha demostrado un efecto positivo en la longevidad y en la reducción del riesgo de mortalidad”.
  2. Preserva la salud celular y protege los telómeros: Esta dieta combate el envejecimiento prematuro de las células y conserva la longitud de los telómeros, relacionados con los fenómenos del envejecimiento y la integridad celular. Jesús Román Martínez enfatiza que «los componentes antioxidantes de la Dieta Mediterránea ayudan a proteger las células del estrés oxidativo, lo que puede tener un impacto directo en la salud a largo plazo y en el proceso de envejecimiento celular«.
  3. Previene enfermedades cardiovasculares: La Dieta Mediterránea es eficaz en la prevención de enfermedades cardiovasculares debido a su bajo contenido en grasas saturadas y su énfasis en grasas saludables, como el aceite de oliva.
  4. Combate la obesidad y el síndrome metabólico: Jesús Román Martínez subraya que “la Dieta Mediterránea contribuye a reducir la obesidad y el síndrome metabólico al disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre”.
  5. Protege contra enfermedades relacionadas con la edad: Además de los beneficios mencionados por el experto en nutrición, la Dieta Mediterránea tendría un efecto protector contra enfermedades asociadas a la edad, como las patologías neurodegenerativas y el deterioro cognitivo. Jesús Román Martínez afirma que “la combinación de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3 y los antioxidantes, puede ayudar a mantener la función cerebral y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas”.

La propia declaración de la UNESCO sobre la dieta mediterránea como patrimonio de la humanidad, ya identificaba a las bebidas fermentadas tradicionales como parte de esta dieta. El experto subraya que las bebidas fermentadas, como la cerveza, son de consumo voluntario por parte de adultos sanos y que siempre debe hacerse en cantidades moderadas y en el contexto de una alimentación mediterránea: ingeridas acompañadas de alimentos y en un entorno social.

Ciertamente – señala Jesús Román Martínez-  la cerveza es una fuente notable de antioxidantes además de aportar minerales de especial interés como el silicio, ciertas vitaminas (folatos) y fibra soluble. Este conjunto ha hecho que, en los últimos años, diferentes investigadores hayan trabajado analizando su papel favorecedor de la microbiota”. 

El consumo de esta bebida se considera ‘moderado’ para adultos sanos en cantidad inferiores a  200-300 ml/día para las mujeres y de 400-600 ml/día para los hombres, siempre recordando que no deben consumirse si se va a realizar alguna actividad de riesgo y que las mujeres gestantes o en lactancia no deben consumirla como recuerda Jesús Román Martínez.

A medida que nos adentramos en la rutina diaria, es esencial recordar que la clave para y mantener una buena salud puede encontrarse en nuestras elecciones alimenticias y un estilo de vida activo. En un momento en el que la salud y la prevención de enfermedades son prioritarias, la Dieta Mediterránea destaca como una opción de estilo de vida saludable en el que podemos incluir el consumo moderado de bebidas fermentadas, entre ellas la cerveza.

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