SANIDAD

¿Sirve de algo hacernos una prueba de COVID-19 antes de ver a nuestros familiares?

Oímos por activa y por pasiva que estas Navidades van a ser diferentes. Primero, todos nos convencimos de que no íbamos a poder estar con nuestros familiares más cercanos, pero después se ha decidido que sí podremos celebrar con ellos la Navidad, aunque con precauciones, y en función de dónde vivas, con más o menos limitaciones.

Ante la duda, son muchas las personas que van a preferir el mantenerse en la distancia por un año, como vienen haciendo hasta ahora; si bien otros no van a poder aguantarse y han decidido acudir a ver a su familia, previa prueba COVID, eso sí. ¿Qué sucede? El problema está, según confiesa en una entrevista con Infosalus el portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), el doctor Rafael Cantón, en que «no hay una prueba que al 100% nos asegure que todo va a ir bien».

No obstante, subraya que, en caso de juntarnos con nuestros seres más queridos con los que no convivimos, lo mejor es realizarse una prueba, «mejor que no hacer nada», aparte por supuesto de extremar las precauciones en los 10 días previos al encuentro familiar. Incluso menciona que hay personas que se han autoconfinado a modo de prevención estos días.

Despúes el doctor Rafael Cantón destaca que la «prueba estrella» es la PCR, seguida del test de antígenos: «Entre PCR y antígenos, mejor PCR, con una sensibilidad cercana al 99%, que es más baja en los antígenos», remarca.

Ahora bien, advierte de que, donde radica el problema actualmente, es que la PCR puede no detectar a una persona infectada a la que, por ejemplo, le quedan 4 días para presentar síntomas. La OMS ha fijado en un máximo de 14 días el periodo de incubación de la enfermedad, por lo que podemos estar incubándola y no mostrar síntomas, hacernos la PCR y que salga negativo, y a los dos o tres días de estar con nuestra familia podemos transmitirles la enfermedad.

NO A LA PRUEBA DE AUTODIAGNOSTICO EN FARMACIA

Aquí destaca que los test de autodiagnóstico de anticuerpos para la COVID-19 que desde hace unos días se dispensan en las farmacias españolas no son las más adecuadas en estos casos porque éstas detectan anticuerpos: «No es la prueba más adecuada para este objetivo de Navidad. Son pruebas cuya especificidad y sensibilidad no es muy alta, y que fuera del contexto clínico pueden dar falsos positivos y negativos».

Precisamente, desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos han comunicado en más de una ocasión que estas pruebas sirven para ver si una persona ha tenido contacto con el virus: «Permite detectar la presencia de anticuerpos (IgM e IgG) ante el SARS-CoV-2, pero no son útiles en el caso de que exista sospecha de infección. Para detectar el virus, se necesita PCR o el test de antígenos, que permiten diagnosticar la infección en el paciente».

A su vez, el miembro de la SEIMC insiste en que la PCR es la «prueba más efectiva» y, junto a la de antígenos: «Nos aportan una ventana de seguridad, pero muy pequeña. Si me la hago 4 días antes de la Navidad, por ejemplo, podré estar en fase presintomática o asintomática y puedo seguir contagiando», señala.

A su juicio, según reitera, lo idóneo, y más seguro para todos, sería el hacernos el mismo día 24 una PCR, si bien es imposible obtener los resultados antes de la cena de Navidad. Por eso, en caso de realizarnos un test y darse la oportunidad, el experto aboga por que nos la hagamos con el tiempo suficiente para recibir los resultados justo antes de la reunión familiar; aparte por supuesto de extremar nuestras precauciones.

«100% no vas a tener esa seguridad pero, en la otra balanza, es mejor hacer eso que no hacer nada. Eso sí, como siempre como no vamos a tener esa seguridad 100% nos recuerdan las autoridades sanitarias las medidas de seguridad, así como la necesidad de tener una conciencia colectiva de que este año debe ser diferente», agrega el miembro de la SEIMC.

Es más, resalta que todo el mundo debe ser consciente de que en este tipo de reuniones, de comidas, es donde más transmisiones sabemos que se producen. «Como sabemos que es una situación de riesgo se deben minimizar. Igual este año no toca o no debo con gran dolor de corazón», insiste Rafael Cantón.

SIN UNA GARANTÍA AL 100% Y PROTEGER A LOS DEMÁS

Por su parte, el doctor Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, subraya a Infosalus que en estos tiempos en los que estamos sufriendo un repunte de casos de la COVID-19, mientras no tengamos una protección de las vacunas, es poco realista pensar que someterse a test previos puede ser una garantía 100% de no ser contagioso. «Tenemos que mantener una conducta de prudencia. No hay ningún modo actual de garantizar la protección cien por cien frente al virus», manifiesta.

Según valora, la necesidad que tenemos todos de encontrarnos con familiares y amigos en estas fiestas hay que sopesarla con la necesidad de protegernos y de proteger a las personas más vulnerables del virus: «La estrategia de distanciamiento social (que incluye la limitación de movilidad y la distancia física en una misma estancia), el uso de mascarillas y la higiene de manos frecuente son las estrategias básicas de prevención. La eficacia de estas medidas, incluso haciéndolas de forma sistemática, no es del 100%».

Coincide con el experto de la SEIMC en que realizar pruebas diagnósticas (PCR o test de antígenos) como paso previo a un encuentro con familiares dice que «en teoría puede dar una cierta sensación de protección»; sin embargo, cree que una prueba PCR o de antígenos que han dado resultado negativo en una persona asintomática puede deberse a que esa persona esté en una etapa presintomática (periodo de incubación) del virus.

«Esta persona, dos o tres días después, empezará a mostrar síntomas y si se realiza la prueba en este segundo momento daría positiva. Si esta persona no ha respetado las medidas de distanciamiento durante una reunión navideña puede haber contagiado a otras personas sin quererlo», lamenta Carnevali.

Es más, sostiene que una prueba PCR o de antígenos negativa «nos puede dar una falsa sensación de seguridad» que podría relajar las medidas de distanciamiento, higiene de manos o uso de mascarillas: «Creyendo que estamos protegidos podemos multiplicar nuestros encuentros personales. Hoy no es recomendable utilizar esta estrategia como mecanismo de prevención».

Asimismo, el especialista de Quirónsalud destaca que hay que tener en cuenta que los que sufren más gravemente las consecuencias de la enfermedad son las personas mayores y las personas debilitadas por otras enfermedades, por lo tanto, con estos grupos son con los que más debemos extremar las medidas de preventivas. «Pese a todo, hoy por hoy nadie puede tener garantías de protección. Estamos en fase de riesgo, hemos sufrido muchos casos y no podemos relajarnos», sentencia el jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

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