Un 17 de diciembre de 1963, hace ahora 60 años, se registraron en la localidad turolense de Calamocha 30 grados bajo cero, un registro récord de temperatura mínima en un territorio habitado. Con motivo de esa efemérides se organizó en la plaza del Peirón de esta localidad un homenaje a la labor altruista realizada por Carlos Santos Acedo en la estación automática de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ubicada en esta localidad.
Junto al vidrialés, de la localidad de Santibáñez de Vidriales para más señas, el Ayuntamiento de Calamocha tributó también un reconocimiento a su compañero de fatigas en la estación meteorológica del denominado triángulo de hielo y que en esa jornada de homenajes el termómetro marcó 4,2 grados bajo cero, una temperatura más que alejada de los 30 grados bajo cero de hace 60 años.
El triángulo del frío o triángulo de hielo era así bautizado por el periodista, escritor y fotógrafo Vicente Aupí, a uno de los vértices del polo de frío en España: Calamocha, Teruel y Molina de Aragón. Otro estaría situado en la localidad leonesa de Filiel y uno más en las zamoranas de Santa Eulalia del Rionegro (antigua Garrapatas), Rioconejos y Villanueva de Valrojo, a la vera de tierras sanabresas.
Carlos Santos Acedo viene realizando las mediciones meteorológicas en la estación de Calamocha desde el año 1979, el año que llegó a esta localidad de la comarca aragonesa del Jiloca desde tierras zamoranas, vidrialesas concretamente, donde comenzó tareas profesionales como técnico de mantenimiento en Aviación Civil, la antigua Aena y actualmente Enaire. A la par de su trabajo profesional, Carlos Santos se ha venido encargando también del mantenimiento y mediciones del Observatorio Meteorológico Calamocha-VOR, el denominado Centro de Ayuda para la Navegación Aérea y Observatorio Meteorológico Calamocha-VOR.
«Ya no son las heladas como antes», refiere Carlos Santos a BenaventeDigital.es apuntando a que entonces se registraban unas heladas que duraban semanas y con temperaturas entre los 15 y los 20 grados bajo cero.
Este residente en la localidad de Fuentes Claras, también en la comarca del Jiloca, al noroeste de la provincia de Teurel, y con 69 años de edad, se dirige a diario hasta el observatorio de Calamocha para realizar las mediciones y mantener viva la llama de la meteorología.
La comarca turolense del Jiloca y la zamorana de La Carballeda son ya referentes en la meteorología, se encuentran unidas por constituir piscinas de frío, triángulos de hielo conectados a 600 kilómetros de distancia.
