CAMPO

Una caravana de ganaderos colapsa Valladolid contra una reforma del lobo “que olvida la realidad del medio rural”

La manifestación, encabezada por varios tractores, ha salido del aparcamiento del estadio José Zorrilla para recorrer las calles de la ciudad en caravana. Su objetivo es demostrar públicamente su rechazo a la decisión del gobierno.

Antes de iniciar la marcha han dado una rueda de prensa en la que pedían a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que echara para atrás la orden para ampliar la protección del lobo al norte del Duero. Argumentaban que el lobo ibérico no está en peligro de extinción y que los daños que provoca en la ganadería extensiva son importantes.

“Se protege al que mata y no a los que mueren”, ha dicho Donaciano Dujo, presidente de Asaja Castilla y León. Según él, el lobo ibérico está lejos de considerarse en peligro de extinción si en 2020 se han registrado 1.600 ejemplares más que en 1992. Además, cree que la comunidad castellanoleonesa es una de las que más sufre por ello.

Por su parte, el coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, ha explicado que el lobo no solo perjudica al medio, sino también a la actividad económica. “30.000 familias viven de esto”.

Aurelio González, secretario general de UPA, ha seguido una línea argumental similar. En su opinión, la forma de afrontar el reto demográfico es protegiendo a la gente del campo y “no imponiendo medidas desde el desconocimiento del medio”. Ha asegurado que es una “tomadura de pelo” y que no se han hecho caso a las 2.000 alegaciones que han presentado.

Aurelio Pérez, coordinador de COAG Castilla y León, ha ido más allá diciendo que Teresa Ribera quiere que el lobo sea una especie protegida porque es “la loba alfa de la manada”. Ha pedido que se tome en cuenta a las comunidades autónomas para llegar a un consenso.

Los cuatro representantes han pedido públicamente que se eche para atrás el procedimiento para incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). También concordaban en que no puede tener el mismo peso los votos de regiones que no sufren día a día los estragos del lobo en la ganadería que regiones como Castilla y León.

Destacaban cuatro claves para controlar la situación del lobo:

  1. Que no se prohíba la caza de la especie. A veces es el único método que tienen para defender su medio de vida.
  2. Que se controle el número de manadas porque en Castilla y León hay un exceso.
  3. Que se paguen las ayudas en la zona del norte del Duero.
  4. Que en el sur del Duero se cumplan las premisas establecidas.

No consideran normal que solo en Zamora haya más ejemplares de lobo que en toda Francia y aseguran que Castilla y León necesita al medio rural y mantener la actividad económica—que ya está mal de por sí— tal y como está.

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