Villanueva de las Peras volvió a vestirse con trajes tradicionales este 1 de mayo para celebrar, con la alegría de siempre, su tradicional fiesta de las mujeres. En este pequeño pueblo zamorano, la primavera no comienza oficialmente hasta que sus vecinas toman las calles al ritmo de la música popular, y este año no fue la excepción.
Desde primera hora de la mañana, los colores de los trajes regionales, las flores y los sonidos de dulzaina y tamboril anunciaban que el día iba a ser especial. Como en ediciones anteriores, los músicos de la Asociación Cultural Etnográfica La Arracada de Zamora pusieron la nota folclórica a una jornada que, aunque de carácter local, sigue reuniendo a vecinos de Benavente, Los Valles y otras localidades cercanas.

La misa castellana en la iglesia de la Asunción volvió a ser uno de los momentos más significativos. Pero si hubo un instante que capturó el espíritu de este año, fue cuando las mujeres se reunieron en la plaza del pueblo para bailar en corro, vigiladas por el Mayo, que ya lucía, como manda la tradición, colgado en el ágora. Este símbolo ancestral de fertilidad y renovación presidió con solemnidad y alegría una escena que unía a varias generaciones bajo su sombra.
Como ya es costumbre, tras el baile y la convivencia en la plaza, la comitiva partió hacia el restaurante. Allí tuvo lugar la tradicional comida de hermandad, que sirvió como excusa perfecta para seguir celebrando entre anécdotas, brindis y buen humor.
