COMARCA

CAPÍTULO 3 | El Arco de El Ferial cumple 100 años

Los dirigentes locales de Santibáñez de Vidriales no podían quedarse de brazos cruzados ante las resoluciones contradictorias llegadas desde el Gobierno Civil de Zamora. Más aún, se comenzaba a cuestionar la capacidad del secretario del Ayuntamiento de Rosinos.

Estas resoluciones del Gobierno provocaron que durante los años siguientes, 1929 y 1930, no se celebraran las Ferias de Santibáñez y tal decisión consiguió de nuevo aunar esfuerzos de los pueblos vecinos para que a través de sendos escritos se solicitase ante el Gobierno Civil dejar sin efecto las Reales Órdenes. Con la misma autoría manifiestan que «se nos deje en libertad de ir a vender y comprar nuestras mercaderías al punto que más convenga a nuestros intereses». Se argumenta la idoneidad de Santibáñez en contra de Rosinos, «el campo destinado para la Romería está en pleno campo y no puede albergar en tiempos de lluvia con la pequeña casa y la iglesia más que al diez por ciento de los concurrentes. Los ganados utilizados para el viaje o transporte de alguna mercadería tenían que estar a la intemperie y utilizarlos para el regreso empapados de agua si llovía, por perjuicio para nuestra salud». Así refieren los escritos remitidos al Gobierno. Estos escritos expresan, a través de siete considerandos, «ni para las personas había agua potable, pues la escasísima que había tenían que sacarla del pozo que está dentro del recinto con una soga y caldero bebiendo en este a porfía y la que le sobraba al que la sacaba, otra vez al pozo que otro recogía enseguida…».

Más aún, «Ni en Rosinos de Vidriales, ni en la Romería había de los artículos que necesitamos…hasta el punto de que si quería uno comer, tenía que llevar merienda pues solo había una mala taberna…» «Una de las causas fue que Rosinos cobraban en malas formas muchos tributos sin beneficio para el vecindario…» «El motivo de que fueran creadas (las Ferias de Santibáñez) en los mismos días que en el santuario de Rosinos fue para que si había algún devoto de la imagen que allí se venera pueda cumplir su promesa y de paso comprar y vender sus mercancías en Santibáñez, puesto que está muy cerca…» «Santibáñez es punto obligado para nuestras transacciones pues en él existen fábricas de harinas, industrias de tejidos, máquinas agrícolas, almacenes de granos, tintorerías, ferreterías, ultramarinos, fondas, cafés, casas de comidas, hay dos boticas, dos médicos, almacenes de maderas, de abonos, carbón, panaderías ordinarias y mecánicas y cuantos artículos comerciales existen. A la vez que cómodo para las personas y ganados, agua abundantísima, comercio muy surtido de todos los artículos. Panaderías que cuando no vendemos en las ferias nos dan los artículos sin interés alguno hasta la feria siguiente; estas ventajas que la comarca ha sabido apreciar han hecho que la concurrencia de feriantes sea enorme…». «Hay también una ventaja de importancia sobre las mercaderías que necesariamente hay que dejar en el ferial pues en el de Rosinos, como está en despoblado, faltaban, lo que no ocurre en el de Santibáñez de Vidriales que por estar al pie del pueblo no falta nada aunque pasen quince días».

Una instantánea tomada en 1925 en el mercado de Santibáñez de Vidriales, junto al cuartel de la Guardia Civil

De este modo, bendecían la idoneidad de celebrar las Ferias en Santibáñez de Vidriales y esa primavera de 1930 fue prolija en misivas al Gobierno Civil. Por su parte, el alcalde constitucional de la villa de Santibáñez dirige un escrito al Ministro de la Gobernación, con fecha 5 de febrero, en el que «suplica se digne anular la Real Orden que tanto perjudica a mi pueblo». Argumentando que se habían fijado las mismas fechas de las ferias «a petición de los cincuenta pueblos que circundan esta villa en la cual está reconcentrado el comercio y la industria». Así lo hace constar por escrito sin relacionar tal cantidad de pueblos ni documento alguno. Sigue señalando en su misiva el alcalde: «…pero cuando más tranquilos estábamos, nos sorprende la R.O. por la cual se nos priva de celebrar esas ferias fundándose en que en un santuario inmediato eran más antiguas las Romerías ferias (sic). Excelentísimo señor, si efectivamente lo mismo en ese santuario que en los demás de España venían celebrándose ferias y mercados y el público dejó de concurrir, sus motivos tendría que seguramente no son otros que la facilidad y ventaja en sus transacciones; la libertad para comprar y vender sus mercaderías no debe limitarse». Así concluye el escrito enviado por el alcalde constitucional de Santibáñez al Ministro de la Gobernación.

Misiva del alcalde constitucional de Santibáñez de Vidriales al Ministro de la Gobernación, el 5 de febrero de 1930

Suspendidas las ferias de Santibáñez en esos dos años (1929 y 1930) y derogadas las Reales Órdenes de 23 de agosto de 1926, de 14 de septiembre de 1927 y 3 de diciembre del mismo año, ya en 1931 vuelven a celebrarse con todo boato organizando el Ayuntamiento para los días 7 y 8 de septiembre un variado y extenso programa de actos en el que no faltaron las «luces a la veneciana» en el Paseo de El Ferial, ni la «espléndida verbena». El programa refería así: «Para festejar tan fausta nueva y a fin de que los forasteros encuentren ameno y variado esparcimiento, el elemento industrial de esta villa ha preparado en su obsequio un divertido programa de festejos».

Rosinos de Vidriales, por su parte, decidió en sesión de 2 de enero de 1933, requerir al Ayuntamiento de Santibáñez para que se abstuviera de celebrar sus ferias en los mismos días, 25 de marzo, 9 de mayo, 11 de junio y 8 de septiembre. Al día siguiente, el 3 de enero, Santibáñez celebra sesión plenaria con el acuerdo siguiente: «comunicar al Excmo. Sr. Gobernador Civil, ya que dicha acta (la del acuerdo municipal de Rosinos) está levantada por un señor intruso del Cuerpo de Secretarios de Ayuntamiento y estima no es válido el acuerdo tomado por el repetido Ayuntamiento». Mientras tanto, el Ayuntamiento de Rosinos decide interponer recurso de reposición contra dicho acuerdo ante el Ayuntamiento de Santibáñez, que no aparece resuelto por la Corporación. Más tarde, decide interponer recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Provincial de Zamora.

La historia continúa el próximo domingo.

Fotos: Colección M.A.C.

Enlace al capítulo 2: https://www.benaventedigital.es/capitulo-2-el-arco-de-el-ferial-cumple-100-anos/

Enlace al capítulo 1: https://www.benaventedigital.es/capitulo-1-el-arco-de-el-ferial-cumple-100-anos/

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