COMARCA

CAPÍTULO III | Tres siglos portando andas, desde casa a la sepultura

Si en el 1735 se constituía la cofradía de la Santa Cruz en Santibáñez de Vidriales, como hemos explicado en los capítulos anteriores, y desde el primer momento se cumplían las Reglas de esta Hermandad, con el paso del tiempo comenzaron las primeras controversias y la junta del órgano cofrade se tenía que hacer valer ateniéndose a la obligación contraída por todos los hermanos. Véase como ejemplo la expulsión de un cofrade, decidida en el cabildo del 14 de septiembre de 1841, al proferir palabras injuriosas contra otro hermano a raíz de haberle encargado hacer una sepultura.

Sólo dieciséis años más tarde, en el cabildo del 14 de septiembre de 1857, se decidía sancionar a varios cofrades con un extremo que llegaba al propio corazón de un hermano de esta cofradía. Por negarse a aportar lo convenido con el fin de obsequiar con un refresco a cada uno de los hermanos en la tarde de la fiesta de la Santa Cruz. Por negarse a escotar para el refresco «acordamos que no se acompañe a ningún entierro de los que han denegado pagar dicha igualdad. Como también a rogar a Dios por los hermanos difuntos ni se tengan por tales hermanos».

Claro que tenía que haber sanciones por el incumplimiento de las Reglas, pero como el fundamento de esta cofradía se basaba en la caridad, en la vela de difuntos y su entierro, se pretendía sumar adeptos en base a las circunstancias del momento. Las controversias se sucedían y, por ello, y circunstancias sobrevenidas, el cabildo optó por reformar sus estatutos o Reglas, aunque lo llegó a hacer medio siglo más tarde, con fecha de 3 de mayo de 1903. Pero antes de esto ya comenzaban a detallarse las cuentas en las actas. Una circunstancia que hasta entonces no se venía haciendo por el cabildo. A partir de 1884 ya se detalla que la pertenencia a la cofradía de la Santa Cruz supone 3 reales de vellón para los mozos y las mozas y hermanos a título individual, en cambio los casados pagaban 7 reales. En 1887 figura por primera vez el saldo de la cofradía, siendo en ese año de 305 reales, pero como se tenían que cargar los gastos de pan, 69 reales, de vino 80 reales, por derechos parroquiales otros 26 reales y por la compra de cera blanca otros 71 reales, ello daba una suma total de gastos de 246 reales. Así que el saldo menguaba sobremanera, quedando reducido a 59 reales de vellón, muy por debajo de la media anual del resto de cofradías de los pueblos del partido de Benavente, como ya nos referimos en el capítulo primero. Ni que decir tiene que los gastos en cera eran abundantes, ya que este elemento no podía faltar en cualquier acontecimiento funerario en manos de los cofrades, o también para alumbrar la estancia del enfermo moribundo al que siempre se debía acompañar por algunos hermanos de esta Santa Hermandad.
Los gastos de cera eran importantes y su necesidad la atestiguaba habitualmente su compra, ya que en esta época los cirios y velandones eran fundamentales. Incluso si sobraba algún dinero se destinaba a la compra de cera como en el año 1896 que sobraron 26 reales y el cabildo reunido el 3 de mayo decidió «echarlos en cera a causa de hoy en el día quedaron algunos cofrades en sin vela«.

Ya al finalizar el siglo XIX, en el 1899, los gastos de la cofradía de la Santa Cruz ascendieron a 203 reales, por defunciones, por el vino y por la cera. Las cuentas del año 1900 se realizan ya en céntimos y pesetas, aunque no se deja atrás el pago como se venía haciendo hasta ahora, en bollas de pan, en azumbres (2 litros) o cántaros de vino y en libras de cera. Así en el año 1900 se liquidaron «cuentas de defunciones y entrantes cincuenta pesetas de pan, vino y cera y pago al señor cura cincuenta pesetas y cincuenta céntimos». Y fue en el primer año del siglo XX, en el 1901, cuando el mayordomo entrante recibía de «dinero sobrante, 22 reales«. Seguía siendo esta cofradía pobre en rentas en relación a las cofradías de la zona. Pero hete aquí que al año siguiente, en el 1903, el saldo resultante de la cofradía se triplicaba llegando a la cantidad de 60 reales y eso después de pagar los gastos de 288 reales. El dinero recibido ese año consistía en 63 reales (en el acta anterior figuran 60) con las nuevas entradas de cofrades se recibieron 33 reales y por defunciones 252 reales, ello daba una suma de 348 reales. Pero había que pagar 288 reales que sumaban los 24 reales en derechos parroquiales y los 264 reales de gastos de pan y vino para la cofradía. «Quedando a favor del mayordomo entrante la cantidad de sesenta reales».

En 1903 se reforma el Reglamento de la cofradía

En el año 1903 se reforma el Reglamento de la cofradía y a partir de entonces los pagos se consignan en pesetas y céntimos, sin dejar atrás todavía las hogazas de pan, el vino y la cera. No varían mucho en los sustancial las nuevas Reglas o estatutos contenidos en 9 artículos y una serie de disposiciones transitorias. La nueva junta o cabildo queda constituida por un miembro nato que es el presidente y recae en el cura párroco. El cabildo, propiamente, se compone de un juez o mayordomo, secretario y tres tomadores de cuentas. Se mantiene la obligación del cofrade de asistir al entierro, a las misas, acompañar al difunto desde la casa mortuoria a la iglesia y al cementerio, de portar las andas, «de llevar el cadáver del hermano difunto, hacer la sepultura o llevar las insignias cuando le corresponda por vela o turno«. Del mismo modo, atender a un cofrade moribundo, aunque desde ahora en el caso de que «fuese absolutamente pobre y que no tuviere hermanos, padres o hijos que `pudiesen por su posición y condiciones atenderle«.

Las disposiciones transitorias de las Reglas de la cofradía hacen excepciones con algunos vecinos relevantes como son los médicos, boticarios, veterinarios y maestros. Estos «no incurren en pena si no van a misa de entierro, pero ha de ir en su representación una persona de su casa que responda por ellos al tomar recuento, bajo las penas establecidas. El cabildo atendiendo las justas causas que se aleguen, podrá dispensar».

Enlace al capítulo 1:

https://www.benaventedigital.es/capitulo-i-tres-siglos-portando-andas-desde-casa-a-la-sepultura/

Enlace al capítulo 2:

https://www.benaventedigital.es/capitulo-ii-tres-siglos-portando-andas-desde-casa-a-la-sepultura/

Continúa en el siguiente capítulo.

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