RELIGION

Este viernes se celebra la Jornada Mundial del Enfermo

La Diócesis de Astorga la celebra por partida doble, con una misa presidida por el prelado monseñor Jesús Fernández, y mañana sábado con una charla formativa al mediodía a través del canal YouTube de la diócesis

El 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial del Enfermo instituida por el Papa San Juan Pablo II en la memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes. La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo tiene, como objetivo manifiesto, sensibilizar a las instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos.

En la Díocesis de Astorga se organiza una doble celebración. Este viernes, día de Nuestra Señora de Lourdes se celebra una eucaristía en la iglesia del Buen Pastor de Ponferrada a las 20:00 horas con la presencia de monseñor Jesús Fernández y mañana sábado 12 de febrero una charla formativa a través del canal YouTube de la diócesis, a las 12 horas, bajo el título: «Acompañar en el sufrimiento», dirigida por Antonio Díez.

«Acompañar en el sufrimiento» es el lema escogido para la Jornada Mundial del Enfermo 2022. Como recuerda el Papa Francisco en su mensaje, esta jornada fue instituida hace 30 años por san Juan Pablo II para sensibilizar sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan. El Santo padre recuerda con agradecimiento que se ha avanzado bastante, pero, puntualiza, «todavía queda mucho camino por recorrer para garantizar a todas las personas enfermas, principalmente en los lugares y en las situaciones de mayor pobreza y exclusión, la atención sanitaria que necesitan, así como el acompañamiento pastoral para que puedan vivir el tiempo de la enfermedad unidos a Cristo crucificado y resucitado».

El delegado diocesano de Pastoral de la Salud, Manuel García Gutiérrez, recuerda a los voluntarios, a personas idóneas, acompañantes de personas enfermas y de vulnerabilidad extrema que “tenemos una urgencia para salir de nuestra vida y practicar la misericordia con nuestros hermanos enfermos. Somos testigos de la presencia de Dios en la tierra, llevamos su encargo para mostrarles nuestra presencia, nuestra cercanía, nuestro compromiso eclesial (la Palabra de Dios, celebración de los sacramentos, el crecimiento en la Fe …). Las comunidades cristianas (UPAS) de nuestra diócesis tienen que tener personas dispuestas a salir en busca de los predilectos de Jesucristo (los pobres, los enfermos, los más vulnerables…). Que podamos asistir a esas personas que por su enfermedad transitoria o permanente no pueden acceder a la parroquia y que seamos la imagen del Buen Samaritano que sale al camino de su vida.”

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