DEPORTES

Félix Ramos y Jorge Manrique alcanzan la cima del Mont Blanc escalando la Integral de Peuterey

Los escaladores  zamoranos Félix Ramos (Club Montañero Benaventano) y Jorge Manrique (Grupo de Montaña CIMAS) con la colaboración de la Clínica Dental Cifuentes, lograron alcanzar la cima del Mont Blanc escalando la Integral de Peuterey.

Esta actividad es considerada una de las “Grand Course” más larga y comprometida de los Alpes en la que se invierten entre 2 y 4 días para escalar  4400 metros de desnivel positivo por terreno incierto en roca, hielo y nieve. Todo esto transcurre en un lugar sobrecogedor rodeado de agujas, glaciares y coronado por las afiladas e interminables aristas que culminan en el techo de los Alpes.

Para afrontar esta actividad con ciertas garantías se necesita experiencia escalando en todo tipo de terrenos además de muy buen nivel técnico y físico  para poder solventar las dificultades que se van a presentar a lo largo la ruta y aguantar los esfuerzos acumulados durante varios días seguidos de actividad a una altitud ya considerable.

“Tuvimos momentos de muchas dudas los días previos a comenzar la actividad por la incertidumbre de las informaciones de desprendimientos debido a la subida de temperaturas de la semana anterior y las nevadas que cayeron por encima de 2500m justo el día que teníamos previsto empezar”.

La Integral de Peuterey es un encadenamiento de vías de escalada en la que todos los días hay que superar dificultades destacables. En la primera jornada, los escaladores zamoranos tenían como objetivo escalar la muralla de roca de 1200m de desnivel hasta la cima de la Aiguille Noire. Esta vía por si sola ya se considera una actividad de envergadura. Al ser el primer día, cargaron con todo el peso de la mochila, comida, agua, material de vivac,… incluyendo las botas, ya que esta aguja la escalaron con pies de gato. Después de conseguirlo con suficientes horas de luz por delante, hicieron 16 rápeles hasta llegar al primer vivac.

 “Acertar con la logística para tener éxito ha sido fundamental en esta actividad. Optamos por una estrategia de tres días y dos vivac. El objetivo era escalar rápido para llegar con tiempo suficiente para preparar el vivac, derretir nieve, comer y poder descansar para la siguiente jornada. Para ello durante toda la ruta utilizamos la técnica de progresión simultanea (los dos escaladores progresan a la vez unidos por la cuerda con seguros intermedios). Intentamos  reducir al mínimo el peso de la mochila metiendo lo imprescindible con material muy ligero, pero aun así llevamos un peso considerable de más de 10kg”.

El segundo día comenzaron escalando las agujas de las Damas Inglesas, pasaron por el vivac Cráveri, un pequeño refugio de hojalata colgado en el abismo donde pueden dormir 4 personas. Continuaron por un terreno roto y caótico bordeando la Punta Gugliermina hasta las aristas de las Aiguilles Blanches para acabar rapelando al Plateau de Peuterey, el único lugar plano en toda la ruta. Allí en medio del glaciar bajo el pilar d’Angle y del Freney, hicieron el segundo vivac.

“Los dos noches que pasamos (vivac) fueron en lugares alucinantes. Nos fueron medianamente bien aunque siempre con la incertidumbre de saber que aún nos quedaban muchas dificultades por superar. El primer vivac fue en una repisita de rocas en la brecha entre la Aiguille Noire y las Damas Inglesas con unas vistas impresionantes del valle de Aosta. El segundo en el Col de Peuterey, fue algo más frío por la nieve ya que sólo llevábamos media esterilla pero muy emocionante sabiendo que ya estábamos cerca del objetivo”. 

El tercer y último día, el de cumbre, lograron encontrar por terreno mixto el mejor trayecto para escalar el pilar d’Angle y desde ahí enlazar con las aéreas y afiladas aristas de hielo y nieve que llevan a la cumbre del Mont Blanc. Los tramos de aristas fueron los más duros físicamente porque tienen mucha pendiente y transcurren a más de 4000m de altitud. Tras disfrutar brevemente de la cumbre, ese mismo día descendieron a Chamonix, por la ruta normal de Gouter, muy cansados pero con la satisfacción y alegría de haberlo logrado.

“El momento más emocionante fue al terminar la arista y superar la cornisa que da acceso al Mont Blanc de Courmayeur. Nos quedaba poco y las dificultades habían terminado. La cima del Mont Blanc no es la más bonita ya que no es un punto definido pero es el momento que sabíamos que estaba conseguido”.

Tras el principal objetivo cumplido, la cordada zamorana también escaló como jornada de recuperación activa el llamativo Dent du Géant (diente de gigante) por la vía Géant Branché.  Y un par de días después lograron escalar otra gran ruta, la Aiguille del Grand Charmoz a través del Pilar Cordier con dificultades de 6b y 650m de escalada. Fue una escalada rápida aprovechando la aclimatación conseguida durante las actividades anteriores en la que tuvieron que salvar 2500m de desnivel positivo desde el valle de Chamonix.

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