COMARCA

«Fuimos Roma» se recrea en Petavonium

Un nutrido grupo de asistentes participó en la jornada divulgativa en Santibáñez y en el yacimiento de Rosinos de Vidriales

El enclave arqueológico de los campamentos militares de Petavonium en Rosinos de Vidriales recibía en la tarde de este viernes una nutrida representación de estudiosos y amantes del Imperio Romano en una iniciativa organizada por el programa «Fuimos Roma. Patrimonio romano de Castilla y León», de la Consejería de Cultura y la Fundación Santa María la Real, con el objetivo de difundir la historia y la cultura romana en el territorio de la Comunidad.

A través de una jornada divulgativa, liderada por el arqueólogo Arturo Balado, se ponía de manifiesto ante los asistentes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santibáñez de Vidriales el origen de la llegada de los legionarios romanos a la zona de Vidriales, el objetivo de su permanencia, la construcción del campamento, así como su decadencia. Balado, quien era presentado por José Fernández, gerente de ServiOcio siglo XXI, la empresa mantenedora de la ruta arqueológica de los Valles, puso el acento en su intervención en las vicisitudes del asentamiento militar.

El arqueólogo Arturo Balado, en primer plano, presentado por el gerente de ServiOcio José Fernández

La disertación del arqueólogo daba paso, como establecía el programa, a la visita al yacimiento de Petavonium en Rosinos de Vidriales donde un actor representando a un prefecto romano, hacía las delicias de los asistentes con su magistral recreación en este asentamiento militar romano.

Tras la visita a Petavonium la comitiva regresó a Santibáñez de Vidriales para conocer la colección municipal museográfica romana y el Centro de Interpretación de los campamentos militares.

Un pequeño resumen histórico de Petavonium

El recinto militar de Petavonium, construido en la vega del arroyo Almucera, ocupaba una extensión de unas 15 hectáreas y contaba con un contingente de 5.000 legionarios de la Legio X Gemina encargados de vigilar los movimientos de los pueblos astures; así como de proteger el transporte del oro procedente de las minas auríferas de Las Médulas (León).

Este cuerpo militar abandonó el lugar algo antes del 70 d.C. En época de Vespasiano se reorganizó la distribución militar de Hispania, asentándose en Petavonium el Ala II Flavia Hispanorum Civium Romanorum, una unidad auxiliar de caballería compuesta por unos 500 jinetes hispanos con ciudadanía romana que permanecieron en el lugar hasta el siglo III. El fuerte del Ala Flavia era de menor tamaño que el anterior, 4,5 hectáreas, y a él pertenecen los restos visibles, que se situaban en el área interior de su antecesor, del que prácticamente no queda nada.

Con el tiempo, en torno al campamento fue surgiendo un asentamiento civil estable o cannaba, con su centro en los alrededores del actual santuario de Nuestra Señora del Campo, que dispuso de una zona con termas públicas y un templo dedicado a Hércules, continuando su existencia durante los siglos IV y V. El texto del Itinerario de Antonino, que recoge las vías y caminos del Imperio en la época del Bajo Imperio, menciona este núcleo con el nombre de Petavonium, con el que ha pasado el yacimiento a la posteridad.

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