COMARCA

Más que 100 eneros de Enedina

La vecina de Santa Croya de Tera, Enedina Carnero Álvarez, homenajeada en la Residencia de Santibáñez de Tera al llegar a cumplir el siglo de vida

Santa Croya de Tera tiene en su haber un registro de longevidad. Hasta hace poco tiempo ha escrito en su intrahistoria local a una superabuela, a la abuela de Castilla y León y por ende la abuela de la provincia de Zamora, la venerable señora Vicenta Prieto Santos quien ostentó el privilegiado honor de alcanzar los 110 años y si no se le hubiera apagado la vela de la vida habría cumplido pocos días después 111 años.

Otra vecina de Santa Croya, Enedina Carnero Álvarez, a la sazón cuñada de la fallecida y recordada señora Vicenta, cumple este 3 de enero 100 años. Y lo hace también en la Residencia de San Tirso en Santibáñez de Tera donde reside desde hace nueve años y ha recibido el homenaje de sus familiares, vecinos y compañeros del centro geriátrico.

La centenaria Enedina Carnero nacía un 3 de enero de 1922, siendo rey Alfonso XIII y Benedicto XV Sumo Pontífice, en la calle Romero de Santa Croya donde sus padres Pedro y Eustaquia tenían una carpintería. Entre el trajín de la sierra y la gubia manufacturando la madera le salieron los dientes a Enedina, así como a sus hermanos Agripino, Lorenza y Téofilo. Eran años difíciles y convulsos en una España mísera en la que la marcha a las Américas consistía en una opción más que segura para ansiar un futuro más próspero. Enedina vio como sus dos hermanos mayores, Agripino y Lorenza, partían a la Argentina, y su otro hermano Teófilo cogió la mochila y se dirigió al frente. Fue la muerte de Teófilo en la guerra, el trágico suceso familiar que hizo desistir a Enedina de viajar también al otro lado del Atlántico y reunirse con sus dos hermanos mayores. Ese ha sido siempre su pesar, pero se quedó al lado de sus padres.

Un mozalbete, vecino también de Santa Croya, le hizo tilín a la joven Enedina. Fruto del matrimonio con el joven Higinio Prieto llegó a tener tres hijos: Fernando, Iluminada y Amada. La azarosa vida entre carpinteros y panaderos, ya que su marido procedía de una saga familiar de panaderos en la calle la Fuente, ha sido todo un abanico cuyas tablas han estado selladas con sabores agridulces marcados en su rostro rebosante de alegría.

La ya venerable vecina de Santa Croya de Tera, la centenaria Enedina Carnero Álvarez, recibía las muestras de cariño de sus familiares, convecinos y amigos. Una tarta de cumpleaños y un ramo de flores visibilizaron la emotiva jornada festiva.

La abuela Enedina
Enedina Carnero Álvarez junto a su hija Amada
Enedina posando, esta tarde, con una biznieta en el porche de la Residencia
La señora Enedina se siente agasajada por la familia

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