PROVINCIA

Villardeciervos, la cuna de los cuidados virtuales en 3D

La brecha en el acceso de las personas mayores a las nuevas tecnologías cuenta, entre otros muchos, con la desconfianza de los primeros hacia las segundas como factor. Y aunque los especialistas reconocen excepciones sorprendentes y positivas que no terminan de confirmar la regla, lo cierto es que en el imaginario colectivo está instalada la idea de que a nuestros mayores les cuesta fiarse de lo que la innovación a través de las nuevas tecnologías puede mejorar en su calidad de vida. Por ello, varias de las propuestas presentadas por la veintena de empresas presentes en la Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Cuidados (Fitecu), que se celebra hasta el sábado en la localidad zamorana de Villardeciervos, van encaminadas a reducir esa brecha.

Ese es al menos el objetivo con el que parte el proyecto Cotesa que el Grupo TECOPI presenta en la cita zamorana. Y es que, tal y como explica la directora gerente de ‘En Clave Formación’, Lorena Olmo, perteneciente al grupo, “damos la vuelta al concepto” por el que las personas mayores “normalmente se encuentran alejadas del mundo de la tecnología” tratando de “acercar la realidad virtual a este colectivo” mediante un dispositivo 3D que, situado en la cabeza y sobre los ojos del usuario, le introduce en un supermercado virtual para “practicar actividades de entrenamiento cognitivo” en una realidad reconocible: hacer la compra.

“Realizamos ejercicios de memoria para que vayan incluyendo en la cesta los productos en el mismo orden que los observaron en el ejemplo o probamos el cálculo mental con una compra en la que tienen que calcular el importe para acertar al final cuánto han gastado”, comenta Olmo, que también señala la voluntad divulgativa del proyecto con la gente mayor al enseñarle “otras formas de pago alternativas al dinero en efectivo” como pueda ser el uso de Bizum o sacar dinero del cajero, ahora que “la España vaciada no tiene personal humano en los bancos y las personas mayores tienen que defenderse como pueden ante un cajero”.

Todo ello dentro de un “entorno de seguridad” para que practiquen “tantas veces como quieran” y para que puedan “memorizar los pasos necesarios para sacar ese dinero en efectivo o hacer la compra en la página web del supermercado”, eliminando además los controladores manuales para que los usuarios “interactúen dentro de la escena con sus propias manos”, lo que hace de esta tecnología “accesible para el usuario final”. Porque aunque la directora gerente de ‘En Clave Formación’ reconoce que la primera impresión de los participantes es de “un poco de miedo al ver las gafas”, finalmente se las quitan “con una sonrisa” por hacer “una actividad completamente natural para ellos como la compra, pero de una manera diferente”, por la que “además de aprender y entrenar la memoria, se divierten”, concluye.

Realidad sensorial en un casco

Otro dispositivo formado por un casco con gafas virtuales y, en este caso, controladores manuales, es el que desarrolla la Fundación Intras bajo el nombre Gradior multisensorial. Se trata de una aplicación basada en tecnologías de realidad sensorial que trabaja “el bienestar y la regulación emocional y conductual desde el punto de vista psicoafectivo”, lo que sirve especialmente para “personas con deterioro cognitivo” si bien su espectro de actuación es “mayor” e incluso extensible a las personas cuidadoras.

La terapia, no obstante, se basa en la estimulación multisensorial, mediante la vista y el oído pero con otros elementos potenciados como el olfato y el tacto, al poder ‘entrar’ de manera virtual en tres tipos de salas. La primera, tal y como explica a Ical la jefa de unidad de I+D+i de la Fundación Intras, Marta García, está “orientada a la relajación”, con entornos bucólicos y basados en “estímulos visuales que inducen estados de relax”. La segunda, por el contrario, estimula a las personas con apatía o desconexión a través de salas de música o pintura para “interactuar con los instrumentos o pintar en 3D”. Por último, la tercera sala se basa en las emociones y cuenta con videos 350 “más realistas pero menos interactivos” donde se promueve “la regulación conductual y emocional mediante terapias de tercera generación” que incluyen espacios museísticos que sirven tanto desde el punto de vista recreativo como memorístico, al preguntarle al usuario, según su nivel cultural, por la identidad de los cuadros.

En cualquier caso, no es esta la única herramienta presentada en Fitecu por la Fundación Intras, que dentro de su “suite de intervención neuropsicológica, entendida como conjunto de herramientas de apoyo terapéutico para la intervención centrada en el deterioro cognitivo”, incluye una solución de desarrollo de software, disponible para cualquier dispositivo, que recopile la información obtenida de las sesiones con los pacientes para que los profesionales puedan “hacer una evaluación de esa evolución de la persona a nivel cognitivo”. Todo para mejorar la calidad de vida y reducir la brecha entre las nuevas tecnologías y las personas mayores.

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