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Alertan sobre la presencia de «tronchaespigas» y «trips» en los cereales de Castilla y León

El Instituto Tecnológico agrario recomienda a los agricultores la vigilancia de la presencia de parcelas de cereales

El Instituto Tecnológico agrario de Castilla y León recomienda a los agricultores la vigilancia de la presencia de parcelas de cereales en cuanto a las afecciones de «tronchaespigas» (Calamobius) y de «trips» principalmente en trigos.

Desde el Observatorio de Plagas y Enfermedades Agrícolas de Castilla y León (ITACyL, Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural), se informa que se han comenzado a detectar los primeros vuelos de adultos de calamobius (tronchaespigas), así como las primeras presencias de trips (en este caso especialmente en trigos).

Se recomienda la vigilancia de sus parcelas y seguir las recomendaciones emitidas al efecto, disponibles en http://plagas.itacyl.es

Desde el Itacyl se apunta a que lo que pueda observarse en una parcela y su evolución es sólo atribuible a ella misma. Previo a cualquier decisión, el agricultor debe cotejar el estado de situación en cada una de sus parcelas.

En el caso de tratamientos, se deben efectuar únicamente cuando se alcance el umbral definido para cada caso y utilizando sólo productos autorizados en el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Calamobius adulto, «tronchaespigas», sobre cereal

AGENTE CAUSAL:

Coleóptero de la familia Cerambicidae que afecta principalmente a trigo, aunque se puede encontrar en cualquier cereal.

  • Adulto: Cuerpo alargado (5-11 mm). Color negruzco mate con pubescencia grisácea. Antenas muy largas (1,5 a 2 veces la longitud del cuerpo).
  • Larva: Ápoda. 10-15 mm. Cuerpo blando amarillento. Cabeza oscura,  aplanada y alargada. Tórax ancho diferenciado del abdomen, presentando éste 10 segmentos. Piezas bucales esclerotizadas muy desarrolladas, adaptadas para poder alimentarse en el interior del tallo.

CICLO, SÍNTOMAS Y DAÑOS:

  • Las hembras hacen una incisión en el tallo, entre la espiga y el último nudo, depositando un huevo en su interior. Tras la eclosión, la larva se desplaza en sentido ascendente y descendente a lo largo del tallo, alimentándose de su interior. Inverna en forma de larva en la base del rastrojo, pupando al final del invierno.
  • La actividad de la larva interrumpe el flujo de la savia, pudiendo  ocasionar sintomatología asociada a aparición de espigas blancas, manteniéndose el resto de la planta verde. En la zona de la puesta, al secar, la espiga tiende a tronchar y desprender, a veces incluyendo un pequeño trozo de tallo. Si la rotura está protegida por la última hoja, la espiga puede no caer y ser cosechada. Al tirar de ella se extraerá fácilmente al estar desprendida.

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