COMARCA

Emoción y calor en Santa Cristina de la Polvorosa ante el Bendito Cristo

Las mozas del Ramo entonaron el melodioso canto a los pies de la venerada imagen

Cuando el Santísimo Cristo de la Vera Cruz salía a la calle en Santa Cristina de la Polvorosa las miradas se centraban únicamente en la bella imagen escultórica, como imán de devociones, cruzando el pórtico de la iglesia. El repique de campanas ni siquiera asustó a las palomas revoloteando por la cuadrangular torre del templo parroquial. Incluso el astro sol se atrevía a prolongar su estancia permitiendo que el ocaso de este lunes 9 de mayo se hiciera permanente, al menos mientras el Bendito Cristo de la Vera Cruz permaneciese en las calles.

Todo era boato, todo solemnidad, como lo fue la celebración eucarística de este mediodía en la que el obispo de Astorga, monseñor Jesús Fernández, quiso acercarse a conocer la fiesta más señera, la más emotiva de esta localidad de la ribera del Órbigo.

Si la solemnidad estuvo asegurada por la mañana en la misa, el atardecer hizo que Santa Cristina vistiese sus mejores galas, porque para eso es la fiesta más emotiva, la que más cala en los sentimientos, la del Bendito Cristo de la Vera Cruz. Y en este año 2022 se celebró como siempre se ha venido haciendo, a excepción durante estos dos años de la pandemia por la Covid-19.

Una representación de devotos y cofrades, acompañados de los miembros de la corporación municipal y del grupo de mozas del Ramo del Bendito Cristo acudieron hasta la casa del abad, Avelino Alonso Pozuelo, para acompañarlo a la iglesia. Una comitiva procesional en la que no podían faltar los sones musicales, y en esta ocasión corrían a cargo de la charanga benaventana «los Chumachos».

Ya en el interior del templo se comenzaba el rezo del Rosario y el último día de la novena, antes que las mozas ataviadas con trajes tradicionales de ricos bordados iniciasen su desfile procesional por el pasillo central de la iglesia en una comitiva encabezada por el joven Víctor Corral, a la sazón el mozo del Ramo del Bendito Cristo. Con el canto del Ramo y la bendición del párroco, Baltasar Villalón, se daba paso a la procesión con la imagen estrella de la jornada festiva.

Por el recorrido callejero habitual y a paso lento, la comitiva logró momentos invadidos por la emoción al portar las andas de la imagen del Bendito Cristo de la Vera Cruz. Los ojos lacrimosos se evidenciaron en no pocos portadores sintiendo el calor del gentío y el privilegio del electrizante sentimiento devocional llevando la carga sobre hombros. Así durante todo el trayecto y con especial significado al paso de las estrechas calles, por eso de sentirse rodeado de multitud de devotos.

La llegada de la imagen a la iglesia se volvía tan solemne como lo fue a la salida. Una ordenada disposición, a un lado las mozas del Ramo y al otro la agrupación musical, formó un pasillo junto al pórtico para que el Bendito Cristo de la Vera Cruz entrase en el templo. La celebración religiosa finalizaba con el himno al Bendito Cristo.

Los vecinos, los numerosos devotos, enfilaron el camino hasta la nave municipal para llevar a cabo la subasta de las roscas y donde el abad ofreció el tradicional convite de los dulces del Cristo y el «arreglao», ese tradicional licor que envuelve los sentidos.

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