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La Ruta Arqueológica de los Valles encara la «nueva normalidad» con las visitas concertadas

Campamentos romanos de Petavonium, dólmenes y castro de los Astures forman parte del recorrido

Centro de Interpretación y campamentos romanos de Petavonium, dólmenes, castro de Arrabalde, todo un conjunto de enclaves arqueológicos de la zona de los Valles de Benavente afrontan esta nueva normalidad con las visitas concertadas.

La ruta arqueológica de los Valles, de la mano de la empresa ServiOcio Siglo XXI, continúa organizando un formato similar al pasado año, debido a la pandemia. Las visitas personalizadas, como le gusta denominar al gerente de ServiOcio, José Fernández, «resultaron bien en el 2020 y vendrán muy bien en el 2021», señala.

Estas visitas concertadas se inician en el Centro de Interpretación de los Campamentos romanos en Santibáñez de Vidriales y en la colección museográfica sobre el campamento romano y su entorno. Una muestra municipal integrada en el Sistema de Museos de la Comunidad Autónoma. La exposición pública de esta colección se ubica en la planta baja del edificio de la Casa Consistorial y data de 1997, aunque dos años más tarde el 30 de junio de 1999 una orden de la Consejería de Cultura reconocía la colección dotada con fondos de los campamentos romanos, estelas funerarias, molinos circulares, restos de piezas cerámicas, materiales de la milicia romana, etc.

Desde Santibáñez, la visita se enfilaría al término de Rosinos de Vidriales para llegar a los campamentos militares de Petavonium, continuar a los dólmenes en Granucillo de Vidriales y Morales de Rey, así como al castro de «las Labradas» en Arrabalde, en plena Sierra de Carpurias. «A gusto del visitante o del grupo de visitantes», apunta José Fernández.

La guía de la Ruta Arqueológica, Nieves Varela, explica al visitante las excavaciones en los campamentos romanos

Campamentos romanos de Petavonium

Uno de los enclaves más llamativos de la Ruta Arqueológica de los Valles de Benavente lo constituyen los campamentos romanos de Petavonium en Rosinos de Vidriales, a solo 2 kilómetros de Santibáñez. En esta zona declarada Bien de Interés Cultural (en fecha 3 de junio de 1931 se declaró como Monumento Nacional, lo que ahora sería BIC)) se albergó la Legio X Gémina, el Ala II Flavia Hispanorum civium romanorum y la Cohors II Flavia Pacatiana. Alrededor del complejo militar surgió un centro urbano, lo que sería la ciudad de Petavonium, la ciudad de los astures superatios y una de las mansiones citada en el itinerario de Antonino, la Vía XVII y que actualmente se conoce en las rutas europeas como la Ruta del Gran Recorrido XVII.

Desde hace años el área arqueológica ha venido siendo objeto de campañas de excavación y puntualmente se llevan a cabo trabajos de mantenimiento y de consolidación de algunos de los elementos pétreos. Las excavaciones realizadas permiten recorrer por el exterior todo el recinto defensivo que albergó el ala de caballería.

En la fortificación se ven los arranques de las torres de las esquinas y las cuatro puertas, flanqueadas por torres, en cuyo interior están los cuerpos de guardia para cobijo de los soldados que vigilarían el acceso al campamento. Dos de las puertas y las cuatro torres de las esquinas han sido reconstruidas y son accesibles. Otras estructuras reconocibles son un edificio para almacenar y transformar alimentos.

Una de las puertas del campamento de Petavonium es sorteada por un grupo de visitantes del país del sol naciente

En el área excavada se advierte que el campamento inicial del Ala II sufrió una profunda transformación a mediados del siglo II, quizás coincidiendo con la vuelta de Mauritania, y en este espacio se amortiza la calle que se convierte en un patio interior. En otra zona del campamento se aprecia un pequeño aljibe para acopiar el agua de lluvia. Asi lo explica la documentación asociada del BIC en el Portal de Patrimonio de Castilla y León.

Tras las excavaciones arqueológicas la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León acondicionó el recinto para las visitas en una parte del yacimiento, la que coincide con el campamento más pequeño, ya que son dos campamentos. Además de los restos arqueológicos, el foso perimetral y otras estructuras, se puede ver la reconstrucción de dos torres vigía, una de las puertas de acceso y una empalizada, lo que permite las visitas turísticas al campamento.

Dolmen «el Tesoro» en Morales de Rey

Los dólmenes o monumentos megalíticos

Los túmulos funerarios de la antigüedad, de los primeros pobladores de estas tierras del arroyo Almucera y del Eria se hallan en la zona en Granucillo de Vidriales ( el dolmen de san Adrián y el de las Peñezuelas), en Morales de Rey (el dolmen del Tesoro) y en Arrabalde (el casetón de los moros). Estos los visitables y que forman parte de la Ruta Arqueológica, no obstante existen datos de otros más como en Brime de Urz, Junquera de Tera o Cubo de Benavente. La Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha llegado a acondicionar las estructuras dolménicas, estos sepulcros colectivos de carácter monumental y cuya antigüedad se remonta al IV o al III milenio a. C.

Muralla Este en el castro «las Labradas»

El castro de «las Labradas» sobre una de las crestas de la Sierra de Carpurias

Sobre lo alto de la Sierra de Carpurias en el término de Arrabalde, en un privilegiado entorno natural desde el que divisan extensas áreas de las provincias de León y de Zamora se ubica el castro astur, un poblado fortificado de gran relevancia cuyos primeros indicios de ocupación residirían en la Edad del Bronce (entre 1.500 y 1.000 años antes de la Era), pero sus principales y más extensos restos se corresponden con los momentos finales de la Edad del Hierro, entre los siglos I a.C. y I d. C. cuando estaba habitado por el pueblo prerromano de los Astures. Sin lugar a dudas, y ello debido a su gran superficie y con varias líneas de muralla, sería un centro de concentración de las poblaciones cercanas para defenderse de la amenaza que suponía la presencia romana en el valle.

Dentro de la Ruta Arqueológica de los Valles se encuentra también el aula arqueológica de «la Corona-el Pesadero» en Manganeses de la Polvorosa que recrea la vida y costumbres de dos poblados prerromanos, de un yacimiento que no puede visitarse debido a encontrarse en el trazado de la autovía de las Rías Bajas, la A-52. En el aula arqueológica se realiza un recorrido temático por las ocupaciones humanas que se sucedieron en el emplazamiento a lo largo de sus nueve siglos de existencia.

Junto al aula arqueológica de Manganeses de la Polvorosa se encuentran también la de Morales de Rey y la de Arrabalde reproduciendo la vida de los antiguos pobladores.

El Pontífice Máximo, en el altar del sacrificio, en la ceremonia de declaración de guerra de un destacamento de legionarios a una tribu Astur. Una recreación histórica realizada en los campamentos romanos de Petavonium

Fotos: M.A.C.

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