La asociación Criosanabria lanza una nueva campaña para prevenir los incendios forestales enmarcada dentro del Proyecto Libera. Esta campaña se está difundiendo en redes sociales y mediante cartelería en establecimientos públicos.
Dicha campaña obedece a cambios que han ido produciéndose por diversos motivos en años anteriores y cada vez serán más patentes. Estos cambios están basados en:
1.- El cambio climático, con efectos aún por conocer en toda su dimensión, pero que desde hace años se aprecian cambios que ahora ya son visibles por los ciudadanos, como las más frecuentes olas de calor y las enormes sequías. Estos cambios pueden ser la causa para que se produzcan con mayor frecuencia los temibles macroincendios (GIF), que calcinan centenares o miles de hectáreas, con personas fallecidas y evacuaciones de urbanizaciones y pueblos. Se está contabilizando un aumento del 175 % de este tipo de incendios en los últimos diez años.
2.- El gran abandono del campo, debido al envejecimiento de la población y a no tener una rentabilidad para sostener la actividad agrícola o ganadera. Este abandono, en parte es consecuencia , según refiere Criosanabria, de que «ninguna administración pone medidas suficientes de gestión que favorezca una económica mínima para rentabilizar los cultivos y una ganadería sostenible que puede ayudar a limpiar la vegetación baja de los montes».
3.- La gran invasión de la vegetación (matorral y arbórea) en bancales donde en décadas anteriores se cultivaba, hace que la vegetación sea continua y sin cortes, aumentando de forma impresionante la biomasa existente y el estado de sequedad de la misma, que facilita una combustión muy rápida, con llamas enormes y difíciles de controlar que llegan a superar los cortafuegos, los caminos e incluso las autovías.
4.- Los montes privados siguen estando abandonados y en su mayoría son un polvorín imposible de apagar en caso de producirse un incendio.
5.- Los vertederos ilegales, diseminados por todo el territorio y donde encontramos diversidad de material combustible como muebles, maderas, ropas, restos de poda, cristales, plásticos, electrodomésticos, etc. Algunos de estos vertederos están ubicados en zonas de cultivos de secano abandonados, entre pinares y en matorrales que lindan a caminos rurales que pueden provocar el inicio rápido de incendios o facilitar su propagación.
6.- Falta de campañas sobre los incendios forestales a nivel local. Para evitar descuidos y negligencias que provoquen incendios, se han de realizar muchas campañas de formación impartidas por expertos sobre prevención, propagación y extinción de incendios, dando otras alternativas a la población local. Indicar que el objetivo debería ser tanto la población adulta como la infantil, dado que la sensibilización de unos llega a los otros y viceversa.
Según explican desde Criosanabria «los incendios forestales han adquirido en los últimos veranos connotaciones muy negativas. Las grandes superficies de montes quemados, la afección a los ecosistemas y a bienes personales y el riesgo a la integridad de las personas, han generado una gran alarma social».
Ante este nuevo escenario, «la actual política de lucha contra los incendios forestales ha quedado desfasada. Los grandes incendios, una vez se desatan, son muy difíciles de extinguir, por muchos medios humanos y materiales que se empleen. Se debe apostar por afrontar los incendios forestales con actuaciones que reorienten el actual modelo, centrado en la extinción, hacia una política de prevención integral. Esta política debe incluir no sólo medidas de prevención silvícola, sino fomentar actividades primarias, aprovechamientos tradicionales e innovadores y la concienciación y participación ciudadana. Solucionar los problemas relacionados con el abandono del medio rural y trabajar la corresponsabilidad de todas las personas que viven o disfrutan del medio rural es clave para evitar que se produzcan incendios graves», señala Criosanabria en el comunicado remitido apuntando que se continúa «sin medidas efectivas y preventivas para atajar los incendios. Tenemos que cambiar de estrategias anti incendios, ya que los incendios han cambiado», concluyen.
