
Con la llegada del otoño, llega también una de las tradiciones más debatidas: el cambio de hora. Este ritual, destinado a ganar horas de luz y ahorrar energía, continúa marcando la transición estacional, pese a que no es bien recibido por todo el mundo. Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión han expresado su interés en eliminar esta práctica, pero aún no se ha tomado una decisión definitiva al respecto.
Aunque no a todo el mundo le guste, llega el momento de dar la bienvenida al horario de invierno. Este domingo 29 de octubre, tendremos que atrasar el reloj. A las 3 de la madrugada hora peninsular, debemos retrasar nuestros relojes una hora, volviendo así a marcar las 2. Lo que se traduce en que el domingo ganaremos una hora más de sueño, a costa de que a partir de ese día anochezca mucho más temprano.