El Juzgado de Primera Instancia de Logroño ha emitido una sentencia que condena a un hombre por suplantar la identidad de un amigo en la popular aplicación de citas Tinder. El tribunal determinó que el acusado cometió una intromisión ilegítima al honor, la intimidad y la propia imagen de su excompañero de universidad, al utilizar su nombre y fotografías sin su consentimiento. Como resultado, deberá pagar una indemnización de 3.000 euros más intereses por los daños causados.
Uso indebido de las redes sociales
Según ha publicado el Consejo General de la Abogacía, el demandado creó una cuenta falsa en Tinder utilizando fotografías y el nombre extraídos del perfil de Facebook de la víctima. Durante varios meses, el acusado mantuvo contacto con al menos 40 personas haciéndose pasar por su amigo, lo que generó importantes repercusiones emocionales y sociales para la víctima, incluyendo estrés, ansiedad y problemas de pareja, según detalló su abogado.
A pesar de que el acusado argumentó que las fotos eran públicas y accesibles a más de 800 personas en Facebook, y que todo había sido una «broma», la justicia falló en su contra. Los magistrados declararon que el hecho de que una persona publique imágenes en una red social no le otorga a terceros el derecho a utilizarlas indiscriminadamente, especialmente en un contexto tan personal como una aplicación de citas.
Sentencia ratificada por la Audiencia Provincial
La Audiencia Provincial de La Rioja ratificó la sentencia, respaldando la postura de que la suplantación de identidad constituye una vulneración grave de los derechos fundamentales de la víctima. Esta decisión marca un precedente importante sobre el uso no autorizado de imágenes en plataformas sociales y aplicaciones.
Consecuencias legales de la suplantación de identidad
Este caso pone de relieve los riesgos legales de suplantar la identidad de otra persona en internet, una conducta que puede generar no solo daños emocionales, sino también consecuencias judiciales. Las redes sociales no son un espacio libre de responsabilidades legales, y el mal uso de las imágenes o datos de terceros puede acarrear sanciones económicas significativas.