CCOO y UGT de Castilla y León convocarán huelga los días 7, 23, 24, 30 y 31 de diciembre en las medianas superficies de la Comunidad si la patronal no cede en la negociación del convenio, que se encuentra bloqueado y en el que los sindicatos piden una subida salarial que permita llegar a los 1.200 euros en 2025.
Los responsables sindicales han asegurado que sólo reclaman la «dignificación» de unos trabajadores «pobres» y critican un «caciquismo que roza la usura» después de haber sido empleados esenciales, que sufrieron durante la pandemia, a los que se les negó prioridad en la vacunación y ante el dinero «a paladas» que han ganado estas empresas.
Así lo han señalado el secretario de Acción Sindical de CCOO Servicios en Castilla y León, Luis Sáez, y la secretaria del Sector Comercio y Grandes Almacenes de UGT, Natalie Ríos, en una rueda de prensa en la que han explicado la situación de bloqueo de este convenio que afecta a 6.500 trabajadores de 275 supermercados en la Comunidad.
Natalie Ríos ha señalado que después de 17 reuniones y casi dos años de negociaciones sólo se ha conseguido una subida salarial de un 1,2 por ciento en 2020 cuando los trabajadores prestan un servicio esencial, han estado expuestos a muchos contagios, en locales con aforos muy por encima de lo establecido, sin geles o mascarillas en un tiempo en el que las empresas han obtenido grandes beneficios.
Por ello, considera que, tras dar «todo su esfuerzo y dedicación», las empresas no pueden decir ahora que no a subir a 1.200 euros el salario de cara a 2025 (lo que supondría alrededor de un 3 por ciento anual cuando el IPC está el 5,5 por ciento) mientras se realizan aperturas y se reforman establecimientos. Además, ha asegurado que tienen un convenio «atractivo» porque de lo contrario el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) les llegará a superar el suyo.
Por eso, ha realizado un llamamiento para que los trabajadores acudan este domingo a las asambleas que se desarrollarán en todas las provincias (en Valladolid a las 12.00 horas en la Sala Borja) para que conozcan la situación de bloqueo de convenio y decidir si, en caso de no haber avances, se convoca huelga los días 7 (en el único día laborable del puente), 23, 24, 30 y 31 de diciembre.
En este contexto, Luis Sáez ha recordado que hace menos de un año a estos trabajadores se les consideraba «esenciales» y se les aplaudía, muchos ciudadanos les daban las gracias y ellos mantenían la sonrisa tras la mascarilla en un año «muy complicado», con mucha carga de trabajo tanto física como emocional porque mientras los demás estaban en casa protegiéndose del virus ellos acudían a centros de trabajo con miedo a contagiarse.
El responsable de CCOO ha asegurado que han sufrido «ataques de ansiedad que les hacían vomitar en los baños», estrés por el control de aforos y el cumplimiento de las distancias y medidas de seguridad e incluso la «impotencia» por alguna circunstancia en algún centro en el que llegaron a agredir a un trabajador.
PUESTA «EN VALOR» DE SU TRABAJO
Así, ha afirmado que quieren poner en valor ese trabajo realizado en una época en la que las estanterías de estas superficies quedaban vacías por la noche y volvían a estar llenas por la mañana.
«Cuando nos han necesitado hemos estado ahí, pero la memoria es muy corta», ha afirmado Sáez, quien ha aseverado que las primeras en olvidarse de ellos fueron las administraciones al no entrar en los primeros protocolos de vacunación y ahora, cuando toca «negociar la recompensa de lo que ha pasado», se encuentran con que no pueden «dignificar» sus condiciones frente a que las empresas han vendido «más que nunca» como ellas mismas han dicho.
El responsable de CCOO ha explicado que los sindicatos entienden que la negociación de un convenio es el reparto «equitativo» del beneficio que se genera y en los supermercados no es así. «El caciquismo de estas empresas yo creo que roza absolutamente ya la usura», ha asegurado, que con los resultados obtenidos la patronal sólo ofrezca un 1,5 por ciento de subida salarial, que supone 15 euros para los trabajadores.
Sáez ha señalado que la patronal se escuda en un «futuro incierto», pero que lo es aún más para los trabajadores, que son «pobres» y con los 900 euros que perciben una vez quitados los descuentos sólo pueden «malvivir» y «caprichos, los justitos».
Así, entiende que lo que reivindican no es ninguna barbaridad y no va a hacer que las empresas cierren, en tal caso les impedirá que se expandan y abran más centros de trabajo, que este año ha cifrado en cerca de 24.
Aunque les parece «bien» que la empresa crezca, ha aseverado, cree que es «el momento de los trabajadores», de dignificar salarios y ha apuntado que pedir que en 2025 ganen 1.200 euros «no es para tirar cohetes» porque sería un salario «medianamente digno», que considera que se han «merecido» y «ganado».
LA PATRONAL ACUDE AL SERLA
El responsable de CCOO ha afirmado que la negociación está «muy bloqueada» porque los sindicatos son «muy cabezones» con llegar a 1.200 euros y ha explicado que se ha producido una situación «muy singular», una «paradoja» que nunca ha visto en una negociación y es que la patronal ha llevado a los sindicatos al Servicio de Relaciones Laborales (Serla) por el bloqueo en la negociación, algo que les parece bien porque cree que los mediadores «lo van a entender» porque es «justo y lícito».
Mientras tanto, convocarán las citadas asambleas este día 14 para contar la situación y decidir medidas «contundentes» como podría ser la convocatoria de huelga.
Sin embargo, ha aclarado que no quieren llegar a este extremo, sino que se «dignifique» la profesión y el salario, ha señalado Sáez, a lo que Natalie Ríos ha advertido de que, de no haber un paso por parte de la empresa, «habrá que convocar huelga porque hay que dar un puñetazo encima de la mesa».
Además, Luis Sáez ha recordado que esta misma semana se ha firmado el convenio de hostelería de Valladolid, en un sector que es el que «peor» lo ha pasado durante la pandemia, que tenían incluso salarios más bajos que los de las medianas superficies y han firmado llegar a 1.200 euros para 2026. «Los empresarios de hostelería, que son los que peor lo han pasado, pueden y ¿los empresarios que han ganado dinero a paladas no pueden?. Esto es caciquismo», ha concluido.
