COMARCAVIDEO

Noventa y nueve rosas de vida y sabiduría

Guadalupe Lorenzo, Lupe, vecina de Santibáñez de Vidriales, recibe el homenaje de familiares y amigos en su 99 cumpleaños

Familiares y amigos rindieron esta tarde un merecido homenaje a Guadalupe Lorenzo, a doña Lupe para más señas o Lupe a secas para los más allegados. En el patio de su casa de Santibáñez de Vidriales se le entregaba un gran ramo con 99 rosas rojas, tantas como años cumple este 28 de junio la ya venerable vecina.

Guadalupe Lorenzo, Lupe, junto al ramo con 99 rosas

La alegría desbordante llegó a emocionar a la maestra con letras mayúsculas, a quien ya enseñara las primeras letras a mediados del siglo pasado, iniciando su andadura de la paideia griega a un grupo de 18 niñas en el pequeño pueblo ourensano de Maside, en la comarca de Carballino.

Felicitaciones entre Lupe y su hija Inés

Esta maestra por excelencia nacía el 28 de junio de 1922 en el pueblo sanabrés de Rionegrito de la Requejada, en cuya escuela cursó las primeras letras, nada más y nada menos que de la mano de la reconocida maestra Victoria de los Ríos. Con 8 años se trasladó al pueblo ourensano de Toro, que no el zamorano, donde residían unos familiares y allí comenzó el Bachiller Elemental.

Ana no paraba de cortar jamón

Más tarde, en el Instituto de Zamora, «Claudio Moyano», realizaba el examen de ingreso y en el mismo centro académico estudió el Bachiller Superior que se prolongó durante siete años en plena contienda de la Guerra Civil, sin que por ello perdiera ningún año. Posteriormente, en Salamanca realizó el Examen de Estado que según cuenta Lupe, «la prueba escrita la hice en el palacio de Anaya y el examen lo vigilaba un verdadero hueso de la institución académica, el profesor de Matemáticas Ancochea». La prueba oral la realizó Lupe en el aula Fray Luis de León en el año 1944, superando las pruebas del Examen de Estado, como así se denominaba entonces.

La incipiente maestra, como había cursado un Bachiller tan prolongado, ya sólo tenía que aprobar otras 14 asignaturas para Magisterio. Las podía cursar en la Normal de Zamora, o por libre y Lupe optó por hacerlo por libre preparándose con profesores particulares. Asignaturas como Ciencias, de Letras, Música, todo ello para estar lista para unas oposiciones que las llegó a realizar en Ourense, en el colegio Siervas de San José donde una tía suya era la madre superiora.

En la parroquia ourensana de Maside fue su primer destino provisional, en los años 1949 y 1950. Desde Maside a Fondo de Vila, en la parroquia también ourensana de Macendo, entre los años 1950 y 1956. Aquí la maestra Guadalupe Lorenzo se ocupaba de los escolares de ambos sexos y por si fuera poco, también de la escuela nocturna para adultos.

Ya en el año 1956 llegó a su tierra sanabresa de origen, a San Juan de la Cuesta, donde se ocupó hasta el 1966 de la enseñanza de 18 niñas. Recuerda Lupe como su escuela doblaba en número a la de niños, para quedarse posteriormente en una sola, ya mixta, al igual que había sido unos años antes.

Tragedia de la presa de Ribadelago

La tragedia de la rotura de la presa de Ribadelago le pilló en la madrugada del 9 de enero de 1959 en el Puente de Sanabria. Relata la venerable vecina quien al recordarlo siente verdadera emoción ante «lo terrible que fue todo, no hay palabras para definirlo». Y, mira por donde, el destino le iba a deparar que su siguiente destino como maestra fuera Moncabril, desde el año 1966 al 1967. Desde Moncabril pasó a tierras vidrialesas, a Santibáñez de Vidriales, ya en el año 1967. En esta localidad había entonces cinco escuelas, dos de niños y dos de niñas, así como una de párvulos con un total de 125 escolares.

Todo un periplo como docente que llegó a concluir en 1987. En Santibáñez de Vidriales se inauguraban las escuelas comarcales en el año 1973 y llegó entonces a ocuparse Lupe de 37 alumnos en el aula. ¡Qué cifras de alumnos entonces! Un total de 125 escolares antes de las comarcales y casi el medio millar con las comarcales o el ahora denominado colegio Sansueña. Actualmente no se llega al centenar de alumnos entre un nutrido grupo de pueblos.

Y la maestra Guadalupe Lorenzo, Lupe, gozando de una envidiable salud, era esta tarde la mejor rosa del jardín de la sabiduría. Noventa y nueve rosas en una.

Momentos del homenaje a Lupe

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