COMARCA

Sí a los ganaderos, no a las macrogranjas, el clamor de la comarca de Tábara

"Que no nos vegan con pamplinas" porque sí existen las macrogranjas y queremos pueblos vivos y un futuro para nuestros hijos, resaltaban en la concentración de este mediodía en Faramontanos de Tábara

«Estamos a favor de los ganaderos, pero no de esas granjas industriales, de las macrogranjas, porque sí existen las macrogranjas», señalaban este mediodía en la plaza de Faramontanos de Tábara, en la concentración convocada por la asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara contra las macroganjas de cerdos. Y por si alguno todavía duda de que las macrogranjas existen, «a ver cómo se le puede llamar a esas granjas industriales con miles y miles de cerdos», recalcaban algunos de los asistentes.

Una numerosa representación de vecinos de Faramontanos y de los pueblos de la comarca se daban cita en la concentración de este mediodía en contra de las macrogranjas de cerdos, de la ampliación de las granjas ya existentes, de la manipulación y tergiversación sobre los vocablos, de los daños mediambientales que producen. «No queremos macrogranjas en nuestros pueblos. No queremos explotaciones industriales porcinas, que producen miles y miles de cabezas de ganado al año, y miles y miles de litros de purines, que contaminan nuestro medio ambiente», este es el clamor unánime de quienes defienden la ganadería y a los ganaderos, pero no a cualquier precio.

La precampaña electoral hizo que entre los asistentes se encontrasen algunos candidatos a las elecciones del 13-F como los de UPL y Zamora Decide, y representantes del PSOE.

COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN PUEBLOS UNIDOS DE LA COMARCA DE TÁBARA

«Las macrogranjas existen, que no nos vengan con pamplinas. No nos digan que solo son macrogranjas aquellas que superan las 10.000 cabezas de ganado. Toda producción industrial intensiva, que produce miles de cabezas de ganado al año, es una macrogranja. Da igual como quieran llamar a la granja, porque lo que nos preocupa a nosotros son los daños medioambientales, económicos y sociales que generan estas explotaciones ganaderas, que están arruinando nuestros pueblos.

Es importante saber distinguir de qué estamos hablando para que algunos políticos no nos la intenten colar, ni nos mientan o nos intenten manipular. La polémica suscitada a raíz de unas declaraciones del ministro de Consumo en la prensa internacional ha permitido volver a poner sobre la mesa la problemática de las macrogranjas en España. Y  al coincidir con las elecciones en Castilla y León, se ha abierto un debate en la región como nunca antes, en el que los políticos han tenido que posicionarse.

Qué fácil es decir que movimientos como la Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara, impulsados por los vecinos, están en contra de los ganaderos de Castilla y León. Qué fácil es tergiversar las palabras y, con una simple visita a una granja, hacerse la fotografía para vender que se es un gran defensor del medio rural. Desde que saltó la polémica, es lo único que hemos visto, políticos visitando granjas, mezclando cerdos, corderos y vacas, ganadería industrial, intensiva y extensiva.

Sin embargo en los movimientos vecinales, como la propia Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara, también contamos con ganaderos. Gente que trabaja y vive del medio rural, pero que está en contra de las macrogranjas, en contra de las producciones industriales intensivas. Además de los daños medioambientales, económicos y sociales que generan las macrogranjas, este modelo productivo pone en riesgo el futuro de cientos de pequeños y medianos ganaderos, muchos de los cuales han tenido o tendrán que acabar claudicando, cerrando sus explotaciones e implicándose en proyectos de macrogranjas si quieren seguir viviendo en el medio rural y de sus explotaciones ganaderas. 

La Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara, al margen de la polémica actual, hemos estado, estamos y estaremos siempre en contra de estos proyectos de producción industrial intensiva: Proyectos que no traen riqueza para el territorio. Ahí tenemos la macrogranja porcina de Pozuelo de Tábara, ya en marcha y que no ha generado más que un empleo. ¿Dónde están todos esos puestos de trabajo con los que se va a frenar la despoblación en nuestros pueblos? Cada vez vemos más claro que la intención de la Junta de Castilla y León es repoblar los pueblos con cerdos, pero no con personas.

Lo que sí ha generado ya esa explotación porcina son problemas con el vertido de los purines, que esperamos no se vuelvan a repetir en el próximo vaciado de la cuba. En la asociación seguimos muy pendientes, no vamos a pasar ni una, ni nos vamos a fiar de la Junta, cuya obligación es vigilar el cumplimiento de la normativa, pero solo lo hace cuando se siente vigilada o cuando ya no puede ocultar más el despropósito.

En la Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara sabemos que luchamos contra toda una potente industria, amparada por la Junta, que en plena pandemia modificó su normativa para facilitar la instalación de las macrogranjas. A ello se agarran cuando políticos y organizaciones agrarias defienden que los proyectos cumplen con la normativa. Y nadie pone en duda que cumplan con la normativa, lo que no nos gusta es esa normativa, hecha a medida de una industria ganadera que condena el futuro del medio rural.

Tampoco nos gusta que no se tenga en cuenta a los vecinos que viven en un municipio. Que los ayuntamientos tramiten los proyectos sin dar ninguna explicación a los vecinos, solo lo hacen cuando les pillan ‘con el carrito de los helados’ y, entonces, la información que facilitan es mínima. Es lo que pasa en Faramontanos de Tábara, dónde nos cuesta mil y un esfuerzos conseguir una mínima información sobre cómo va el proyecto de Batallé. Ahora nos acabamos de enterar de que en agosto de 2020, el Ayuntamiento de Faramontanos dio licencia ambiental al proyecto, que ya cuenta con informe favorable de Medio Ambiente.

Nadie nos ha informado, y eso que hemos solicitado información en reiteradas ocasiones (la más reciente, en otoño del pasado año), sobre el proyecto y las diferentes licencias concedidas, pues las primeras ya han caducado. Tampoco hemos recibido respuesta de la Confederación Hidrográfica del Duero, a la que se remitió un escrito el pasado octubre después de comprobar que había movimientos en la parcela destinada a la macrogranja.

Con máquinas, se procedió al vaciado de la balsa, llena de agua de lluvia y de la que emana del suelo (había salido vegetación, juncos y hasta habitaban patos). A continuación, se empezó a construir una nueva balsa para los purines. Le pedimos a la confederación que inspeccionara el terreno y nos dijera si la intervención contaba con los permisos oportunos. Pero, una vez más, hemos recibido la callada por respuesta.

Por todo ello, desde la Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara estamos satisfechos de que el problema de las macrogranjas llene ahora páginas de periódicos y minutos de radio y televisión. Y de que el problema que Castilla y León tiene con las macrogranjas sea el centro de discusión y debate, para que los partidos políticos que se presentan a las elecciones tengan que dar la cara, ofreciendo su postura sobre las macrogranjas, para que ningún ciudadano tenga dudas de si están a favor o en contra, para que no se pongan de perfil.

A los ciudadanos les pedimos que no se dejen manipular ni engañar. La lucha contra las macrogranjas no va de ir a favor o en contra de los ganaderos o los agricultores de Castilla y León, sino de defender un tipo de agricultura y ganadería sostenible, que permita el desarrollo del medio rural. Lo contrario es un tipo de ganadería que no es más que una industria que contamina las aguas, el suelo y el aire. Y que acaba con todas las posibilidades de crecimiento en el medio rural, que asfixia a los ganaderos.

Por todo ello, desde la Asociación Pueblos Unidos de la comarca de Tábara levantamos la voz una vez más. No queremos macrogranjas en nuestros pueblos. No queremos explotaciones industriales porcinas, que producen miles y miles de cabezas de ganado al año, y miles y miles de litros de purines, que contaminan nuestro medio ambiente. Estamos en contra de una industria que utiliza la España Vaciada como un estercolero, que cuando las granjas no le sean rentables, las cerrará. Solo quedará la contaminación y pueblos vacíos, pero algunos se habrán llenado los bolsillos a costa de nuestra salud».

«NO A LAS MACROGRANJAS. QUEREMOS UNA GANADERÍA SOSTENIBLE. PUEBLOS VIVOS Y UN FUTURO PARA NUESTROS HIJOS», este era el eje fundamental sobre el que fue convocada la concentración.

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