En la primera jornada de apertura del sector hostelero las opiniones sobre el tema entre hosteleros y clientes se inclinan por una buena aceptación en la sociedad en general. Más de un mes cerrados los establecimientos, ha constituido una pesadilla para el sector y para muchos clientes deseosos de acudir a los locales para participar del encuentro entre familiares y amigos.
La mayoría de los consultados en la ciudad de Benavente aceptan las restricciones impuestas en cuanto al aforo y horario de cierre, aunque no dejan de manifestar su descontento, sobre todo haciendo hincapié por la falta de ayudas. «Seguimos pagando impuestos, pero todavía no hemos cobrado y eso que nos obligan a cerrar. Las ayudas que te dan, en todo caso, no llegan, así que tenemos que seguir», señala uno de los hosteleros consultados en la ciudad.
La apertura desde esta mañana ha sido satisfactoria tanto para los clientes como para el sector ya que no pocos esperaban la llegada de este día aunque reconocen que algunos clientes desconocían que se abrieran los bares en esta jornada. El acostumbrado café de la mañana era echado de menos por parte los clientes que no han dudado en acudir a primera hora a los locales. «Hemos abierto regular, tirando abajo, pero por lo demás todo muy bien, ya que mis clientes suelen ser habituales, pero el aforo tan reducido con eso no da ni para comer, aunque hay que seguir luchando», explica un hostelero de la avenida el Ferial.
Sin embargo, hay quien opina que ha sido demasiada precipitada la reapertura de los locales debiéndose prorrogar el cierre hasta después de las navidades. «Cuidado con la recaída que puede ser gorda , después de las Navidades», señala uno de los clientes mirando de reojo al bar que se encuentra al lado.
Desde el primer momento los hosteleros han adoptado las medidas sanitarias contra la pandemia. Una circunstancia que continúan haciendo rechazando la idea de que ellos han sido culpables de la situación. La sensibilidad de la sociedad con los hosteleros ha quedado patente durante esta temporada de cierre como un perjuicio para el sector económico de producción y servicios. De ahí los deseos de que la apertura de los bares se realizara de forma inmediata para no perjudicar más al sector. «Yo prefiero morirme con el coronavirus que no de hambre», dice uno de estos clientes apurando una cerveza. «La economía se tiene que mover y mucha gente vivimos conjuntamente con el sector hostelero, es una cadena, por eso creo que es un acierto que abrieran ya los bares», dice un joven vecino de la comarca.
