La iglesia dedicada a Santiago Apóstol en Abraveses de Tera acogía el pasado sábado las exequias fúnebres de Antonio Calleja López, más conocido como Ancalo. A los pies del Peregrino por excelencia se depositó la urna con las cenizas de otro caminante, del peregrino a caballo entre su tierra natal asturiana y la localidad bañada por el río Tera, de Ancalo, fallecido en Madrid tras una larga enfermedad.
Nada más solemne que la emoción de familiares, convecinos y amigos, recordando a quien ha cultivado su amistad como mejor puede hacerse, con el sentimiento y el arte a través de los acordes de la guitarra. Y nada mejor que al lado de sus restos, el instrumento musical con el que Ancalo llegó a brindar momentos que perdurarán en la memoria. Una guitarra revestida de los pétalos de claveles rojos y blancos recordando: «la música y tu familia, siempre a tu lado», como rezaba la cinta impresa.
La emoción humedeció los ojos de los asistentes al darse lectura a una carta que Antonio había enviado a un amigo. Una carta escrita hacía años y que venía a ser como una premonitoria despedida.
Las interpretaciones musicales de Ancalo, de Antonio Calleja, llegaron a ilusionar con sus conciertos en locales a no pocos amantes de la buena música. Temas como «María la portuguesa», «Una noche de amor desesperada», «Caballo Viejo», «Mis noches sin ti», «Échame a mi la culpa», «La Lola», «Amigos para siempre», «Mátalas», «Un sorbito de champán», «Se te nota en la mirada», «Paloma Blanca, en el Tera», o el himno «Viento del Norte» se combinaban con el compuesto por el dúo Los Dos Españoles, por sus amigos Isaac y Paco Gallego, dedicado a Antonio Calleja.
Fue en el 2018 cuando Los Dos Españoles compusieron el tema dedicado a Antonio Calleja y que Ancalo llegó a cantar varias veces con el dúo musical.
"Al Norte tengo los mares, al Sur yo tengo a Pajares. Me llamo Antonio Calleja, de Asturias cogí las flores con ellas buscando amores me fui a Castilla la Vieja. Y ha pasado mucho tiempo, estoy feliz y contento, ya casi soy zamorano... Pero olvidarme no puedo, Asturias, nunca la perdí de vista. Si hace falta haré de nuevo, de nuevo la Reconquista.
Muchos de los que nacieron en la tierra castellana seguro que recibieron algo de sangre asturiana.
La historia tiene a la vista lo mismo que un libro abierto que cuando la Reconquista muchos pasaron el Puerto.
La gente con la que vivo, nuestras canciones cantamos, brindamos con sidra y vino, para mi los zamoranos... (Será por el parecido) son como primos hermanos.