Los vecinos de la calle Ledo del Pozo reclaman ante el Ayuntamiento de Benavente que se dejen los aparcamientos como estaban inicialmente. En el escrito presentado con la relación de firmas se advierte que «la solución es fácil y económica y mejoraría mucho la calidad de vida de los vecinos y clientes, apoyando el comercio local, que tan perjudicado está en nuestro pueblo».
Para el vecindario, basándose en la normativa legal, el ancho mínimo de una acera no debe ser inferior a 1,20 metros, siendo el ancho recomendado de 1,80 metros para permitir el paso de más de una persona en paralelo.
Por eso inciden en que «no se puede anteponer la observación de un mural a la seguridad y comodidad de los ciudadanos».
El argumentario del vecindario se basa en que nos encontramos «en un mundo en el que se intentan adaptar todos los espacios a las personas con necesidades, no comprendemos que se cierre el paso a una persona con silla de ruedas, a una familia con un carrito o a una persona que necesita ser auxiliada por una ambulancia. Son situaciones serias y de riesgo para las personas que más lo necesitan. De haber coches en la acera, es inviable que se pueda sacar en una emergencia a una persona en camilla de su vivienda.»
En el escrito presentado ante el Ayuntamiento se refieren también que en la calle Ledo del Pozo, además, existe un establecimiento dedicado a la rehabilitación, con clientes que acceden en muletas o sillas de ruedas. Los vecinos, además, hacen hincapié en que la calle Ledo del Pozo es un vial de paso al Hogar de la Tercera Edad.
La gerente del propio negocio de rehabilitación explica que con el cambio de lugar de aparcamiento en la calle «no es viable desde el punto de vista de resguardar la seguridad y derechos de todos los ciudadanos de Benavente y, en mi caso, clientes de la comarca que se ven afectados por interrumpir la entrada al local». Más aún, las personas con movilidad reducida. «Los coches interrumpen el paso al estar aparcados tan cerca de la pared y al abrir la puerta, la gente no puede pasar o pueden provocar un golpe o un accidente al peatón». Esta afectada hace hincapié en que «lo mismo sucedería en caso de emergencia sanitaria en algún portal de nuestra calle, no podrían entrar ni salir con una persona en camilla».
