COMARCA

Un equinoccio muy madrugador

Un privilegiado y reducido grupo de curiosos se acercaron a primera hora hasta la iglesia de Santa Marta de Tera para contemplar el fascinante rayo solar

El rayo de luz equinoccial del templo románico de Santa Marta de Tera se levantó más madrugador de lo habitual en este viernes 19 de marzo de 2021. En estos últimos años, el fascinante fenómeno luminoso que penetra por el óculo situado en la parte superior del frontal de la nave del testero irradiaba ya siete u ocho minutos antes de las 09:00 horas. El astro sol anuncia así la primavera y lo hace, desde hace pocos años, cada vez más pronto como si se tratase de un adelantado pregonero.

No obstante, la luminosidad persiste con intensidad al proyectarse sobre el capitel más famoso del camino jacobeo. Sobre la figura axesuada sobre una mandorla, sujeta por dos ángeles, y que ha sido objeto de estudio por teólogos en consonancia con los propios de la astronomía y de la arquitectura, representando según algunos estudiosos al alma de la santa patrona del templo, de Santa Marta, elevándose a los cielos o también al Resucitado.

Simbolismos aparte, este fascinante fenómeno de la luz atrae a grupos de curiosos ávidos de contemplar el rayo equinoccial. En este caso el de la primavera, ya que una situación similar se produce en el equinoccio del otoño. Un reducido grupo de privilegiados procedentes de Villalpando, de Mombuey, Camarzana y de localidades de la zona se acercaron hasta Santa Marta de Tera para contemplar el rayo de luz que en esta jornada se hizo majestuoso.

Desde este viernes 19 y hasta el 23 de marzo las puertas de la iglesia de Santa Marta de Tera están abiertas para contemplar la luz equinoccial, fenómeno que se produce pocos minutos antes de las 09:00 horas y unos pocos minutos después. Los visitantes, tras contemplar el rayo equinoccial de primavera, pudieron acercarse a admirar la rica colección museográfica en el edificio contiguo al templo, en el palacio de los obispos de Astorga que fuera mandado construir por el obispo Acuña de Avellaneda en 1550, en la época del emperador Carlos V y del Papa Julio III. El escudo del prelado y los medallones de ambas figuras históricas dominan la portada renacentista de este edificio destinado como museo y recepción de visitantes.

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