El cardenal Marcello Semeraro, representante del Papa Francisco, presidió este mediodía la solemne celebración en la Catedral junto a una quincena de obispos y cardenales.
La Diócesis de Astorga ha vivido un momento histórico con la beatificación de Pilar Gullón, Octavia Iglesias y Olga Pérez-Monteserín.
Este sábado 29 de mayo, la Seo astorgana acogió la solemne ceremonia de beatificación de las Venerables Siervas de Dios, María Pilar Gullón, Octavia Iglesias y Olga Pérez-Monteserín, voluntarias enfermeras laicas, mártires de Astorga, que fueron asesinadas in odium fidei en Pola de Somiedo (Asturias) el 28 de octubre de 1936 en el contexto de la persecución religiosa en España durante la Guerra Civil.
El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, como representante del Papa Francisco, presidió la solemne ceremonia religiosa junto a una quincena de prelados y cardenales, así como una nutrida representación de presbíteros de la diócesis, familiares de las mártires y fieles llegados desde distintos puntos de la geografía diocesana y de tierra asturiana donde se perpetró el martirio de las enfermeras.
A las 11 de la mañana, como estaba previsto, comenzaba la solemne celebración de la misa ateniéndose al protocolo establecido debido a la situación sanitaria por la COVID-19. El público accedió al templo catedralicio desde media hora antes provisto de invitación para ocupar uno de los asientos fijados en las naves del primer templo de la diócesis asturicense y manteniendo la distancia de seguridad sanitaria. A través de pantallas de televisión los fieles podían seguir la ceremonia religiosa.
Durante la celebración, se descubrió junto al retablo mayor del templo asturicense un lienzo de 2,5 metros de alto, a cuyos pies se colocaban las reliquias de las mártires, y que posteriormente se trasladará a la capilla de San Juan Bautista donde se hallan los restos de Pilar, Octavia y Olga. En el lienzo, las imágenes de las tres mártires se representan ataviadas con uniforme de la Cruz Roja.
Tanto autoridades civiles y religiosas acompañaron a las familias de las enfermeras laicas durante el acto de beatificación en el que el prelado astorgano, monseñor Jesús Fernández, expresaba ante los asistentes su agradecimiento al Santo Padre por la beatificación de las mártires laicas de Astorga. Previamente la Postuladora de la Causa para la Beatificación, María Victoría Hernández Rodríguez, glosó la memoria histórica de las hasta ahora Venerables Siervas de Dios y ya mártires de Astorga.
El pastor de la iglesia asturicense, monseñor Jesús Fernandez, no quiso pasar por alto en su intervención, tras el descubrimiento del lienzo de las tres beatas, el sumo agradecimiento a la organización del acto histórico para la diócesis, así como a los agentes intervinientes en la ceremonia poniendo el acento en el regalo de estas tres nuevas beatas. Una gratitud que hacía extensiva a la Congregación para las Causas de los Santos, a la Fundación Mártires de Astorga que apoyó la causa, a la postuladora y al relator de la misma, a cardenales, arzobispos, obispos, fieles diocesanos y de otras diócesis, asistentes y los que han seguido la ceremonia a través de los medios de comunicación. Sin olvidarse de la vida contemplativa, de los monjes y monjas de clausura. De la comisión preparatoria elogió «el trabajo espléndido» realizado, así como también hizo extensivo el agradecimiento a voluntarios y voluntarias, y a la coral Excelsior de Astorga, autoridades, medios de comunicación, «a todos gracias, que Dios se lo pague». «Confiamos en la intercesión de María bajo su advocación de Nuestra Señora de la Majestad y a las tres nuevas beatas, Pilar, Olga y Octavia, el reto evangelizador de nuestra diócesis, que por su mediación acertemos en la necesaria renovación espiritual y pastoral. Les confiamos el florecimiento de las nuevas vocaciones y la mejora en la comunión y en la sinodalidad», señaló el prelado astorgano quien recibió tras su intervención un encendido aplauso.
